Las comunidades del Catatumbo cuentan con Bienestar Familiar

Desde el inicio de esta grave crisis humanitaria, el equipo regional y nacional de Bienestar Familiar, en cabeza de su directora general, Astrid Cáceres, se ha desplegado en distintos municipios de la región para atender a las niñas, niños y adolescentes desplazados. Ellos y ellas se han visto obligados a enfrentar las dolorosas consecuencias de la guerra, como la suspensión del inicio de clases, la desintegración familiar, la exposición a nuevos riesgos, el miedo y la ruptura de la cotidianidad.
En esta coyuntura, Bienestar Familiar continúa haciendo ingentes esfuerzos para que las niñas, niños y adolescentes reciban alimentos suficientes y adecuados. El equipo de nutricionistas de la institución trabaja de manera permanente para gestionar y orientar la preparación de alimentos. Por tierra y aire se han transportado 69.156 unidades líquidas y 10.200 bolsas en polvo de Bienestarina, buscando llegar no solo a los albergues de los centros urbanos, sino también a las zonas rurales dispersas donde se encuentran confinadas las comunidades.
La permanente articulación con la institucionalidad regional y nacional, así como con la sociedad civil del departamento de Norte de Santander y la cooperación internacional, ha permitido la puesta en disposición de elementos necesarios para las familias en medio de la crisis. Entre ellos, pañales, biberones, kits para mujeres gestantes y utensilios de cocina.
Cerca de 120 profesionales, la mayoría de los cuales integran 18 Unidades Móviles, se encargan diariamente de visitar los albergues de Ocaña, Cúcuta, Tibú, Hacarí y Ábrego, con el objetivo de realizar acciones inmediatas de primeros auxilios psicosociales, prevención de violencia sexual, promoción de derechos, apoyo en la organización de los albergues ytamizaje nutricional, además de actividades lúdico-pedagógicas.
Estos equipos interdisciplinares han atendido, desde el inicio de la emergencia, 2.789 personas, de las cuales 1.641 son niñas, niños y adolescentes; 38 son mujeres gestantes; 86 son madres lactantes; 20 son niños en riesgo de desnutrición; y 5 son niños con desnutrición aguda. Con el objetivo de garantizar derechos, han realizado 132 remisiones a otras instituciones para la atención en salud y educación.
En medio de la suspensión de las clases presenciales, los profesionales de Bienestar Familiar también han promovidoen los albergues el buen uso del tiempo libre. En Ocaña, realizaron una charla sobre el cuidado de la madre tierra y una siembra; en el albergue de Firmantes de Paz, actividades artísticas; en Tibú, un campeonato de fútbol y varios talleres de tejido de chinchorros y atarrayas.
Las Defensorías de Familia y los profesionales de la Dirección de Protección también trabajan incansablemente para restablecer los derechos de las y los adolescentes que, durante la emergencia, se han desvinculado de los grupos armados ilegales que se enfrentan por el control de la región. Bienestar Familiar reitera que el reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes es un grave crimen, que debe ser rechazado por toda la sociedad.
Las niñas, niños y adolescentes del Catatumbo cuentan y seguirán contando con Bienestar Familiar, durante y después de esta emergencia. La paz es un derecho de las comunidades campesinas e indígenas que habitan, construyen y sueñan este territorio.