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La violencia en Internet se expresa de distintas formas. Algunas de ellas son agresiones directas en contra de una persona o un grupo, con las que se ponen de manifiesto y de forma pública, posiciones xenofóbicas, discriminatorias, denigrantes o de burla. Otras manifestaciones de violencia en Internet se caracterizan por la agresión constante, por insinuaciones sexuales o por la existencia de contenidos violentos, principalmente en videojuegos y redes sociales, que transmiten comportamientos agresivos. La violencia en Internet es llamada comúnmente ciberagresión, ciberacoso y ciberbullying.
¿Qué es la ciberagresión, el ciberacoso y el ciberbullying? ¿En qué se diferencian?
La ciberagresión es el intercambio o envío de amenazas e insultos en internet, especialmente dirigidas hacia personas conocidas. Este tipo de agresión puede ocurrir en cualquier momento y lugar. Además, los mensajes pueden ser enviados a mucha gente en muy poco tiempo, lo que multiplica el daño hacia la víctima. Comúnmente, este tipo de agresiones revelan posiciones discriminatorias que buscan herir a la víctima dejándola en evidencia en medios digitales tales como las redes sociales.
Por su parte, el ciberacoso incluye amenazar o hacer daño a otros por internet haciendo uso de acciones como “envío de mensajes y correos spam, insinuaciones sexuales no pedidas, comportamientos voyerísticos, y otros comportamientos indeseados por parte de conocidos o extraños” (Dempsey, A. G., Sulkowski, M. L., Dempsey, J., & Storch, E. A., 2011).
El ciberbullying es un tipo de agresión en la que se amenaza o se hace daño a otros por un medio electrónico. Esta se propaga más que la ciberagresión porque es más repetitiva. La comunicación que se genera para el desarrollo de acciones de ciberbullying está relacionada con llamadas telefónicas, envío de mensajes de texto, imágenes y videoclips con contenidos sexuales que son amenazantes o intimidantes. Es frecuente el uso de dispositivos móviles como celulares, tabletas y computadores para el desarrollo de acciones violentas contra otros y actividades como el cibersexo. Estas acciones se producen en plataformas como redes sociales, juegos en línea, videojuegos, salas de chat, sitios web, correos electrónicos (Kowalski, RM. & Limber, SP., 2007).
Las características más relevantes del ciberbullying son: 1) el anonimato de los mensajes enviados o de las acciones desenvueltas por el victimario lo cual genera en muchas ocasiones efectos más devastadores que los del acoso presencial; 2) existe una correlación entre los roles de víctima y ofensor (cibervictim/ciberbully) en tanto ambos pueden presentarse en una misma persona, especialmente en mujeres; y 3) el ciberbullying es menos frecuente que el bullying y se expresa en espacios y tiempos extraescolares.
Aunque el acoso presencial y directo (bullying) suele ser más frecuente que el ciberbullying, la crueldad y la violencia expresada en medios digitales parte de problemas sociales o psicológicos del victimario y genera, además, efectos devastadores sobre sus víctimas, como problemas familiares y escolares. Así es como una de las mayores consecuencias de un niño o adolescente víctima de ciberbullying es la intención de atentar contra su propia vida, fenómeno que se ha incrementado en los últimos años.
La violencia en Internet se expresa de distintas formas. Algunas de ellas son agresiones directas en contra de una persona o un grupo, con las que se ponen de manifiesto y de forma pública, posiciones xenofóbicas, discriminatorias, denigrantes o de burla. Otras manifestaciones de violencia en Internet se caracterizan por la agresión constante, por insinuaciones sexuales o por la existencia de contenidos violentos, principalmente en videojuegos y redes sociales, que transmiten comportamientos agresivos. La violencia en Internet es llamada comúnmente ciberagresión, ciberacoso y ciberbullying.
¿Qué es la ciberagresión, el ciberacoso y el ciberbullying? ¿En qué se diferencian?
La ciberagresión es el intercambio o envío de amenazas e insultos en internet, especialmente dirigidas hacia personas conocidas. Este tipo de agresión puede ocurrir en cualquier momento y lugar. Además, los mensajes pueden ser enviados a mucha gente en muy poco tiempo, lo que multiplica el daño hacia la víctima. Comúnmente, este tipo de agresiones revelan posiciones discriminatorias que buscan herir a la víctima dejándola en evidencia en medios digitales tales como las redes sociales.
Por su parte, el ciberacoso incluye amenazar o hacer daño a otros por internet haciendo uso de acciones como “envío de mensajes y correos spam, insinuaciones sexuales no pedidas, comportamientos voyerísticos, y otros comportamientos indeseados por parte de conocidos o extraños” (Dempsey, A. G., Sulkowski, M. L., Dempsey, J., & Storch, E. A., 2011).
El ciberbullying es un tipo de agresión en la que se amenaza o se hace daño a otros por un medio electrónico. Esta se propaga más que la ciberagresión porque es más repetitiva. La comunicación que se genera para el desarrollo de acciones de ciberbullying está relacionada con llamadas telefónicas, envío de mensajes de texto, imágenes y videoclips con contenidos sexuales que son amenazantes o intimidantes. Es frecuente el uso de dispositivos móviles como celulares, tabletas y computadores para el desarrollo de acciones violentas contra otros y actividades como el cibersexo. Estas acciones se producen en plataformas como redes sociales, juegos en línea, videojuegos, salas de chat, sitios web, correos electrónicos (Kowalski, RM. & Limber, SP., 2007).
Las características más relevantes del ciberbullying son: 1) el anonimato de los mensajes enviados o de las acciones desenvueltas por el victimario lo cual genera en muchas ocasiones efectos más devastadores que los del acoso presencial; 2) existe una correlación entre los roles de víctima y ofensor (cibervictim/ciberbully) en tanto ambos pueden presentarse en una misma persona, especialmente en mujeres; y 3) el ciberbullying es menos frecuente que el bullying y se expresa en espacios y tiempos extraescolares.
Aunque el acoso presencial y directo (bullying) suele ser más frecuente que el ciberbullying, la crueldad y la violencia expresada en medios digitales parte de problemas sociales o psicológicos del victimario y genera, además, efectos devastadores sobre sus víctimas, como problemas familiares y escolares. Así es como una de las mayores consecuencias de un niño o adolescente víctima de ciberbullying es la intención de atentar contra su propia vida, fenómeno que se ha incrementado en los últimos años.



















