Para un niño y una niña, un cambio es un gran acontecimiento en su vida. Recordemos que, por lo general, el mundo no está hecho a la medida de los niños, por eso para ellos todo es más grande y se percibe con mucha más intensidad. Por ejemplo: la llegada de un nuevo integrante a la familia, el nacimiento de un hermanito, la muerte de su mascota, recibir un regalo, la caída de un diente, jugar un nuevo juego... Y es que desde la visión de niño y niña eso significa nuevas lecturas que tienen que hacer del suceso, comprender su lugar en esa situación y adaptarse a lo nuevo desde su propio ser, desde su emoción de niño y niña.
- Solito o solita no; mejor acompañados: teniendo en cuenta cómo los niños y las niñas deben rehacer, reconstruir y reinterpretar eso nuevo que está pasando, se hace necesaria la compañía de un adulto sensible que, con las palabras, pueda ser un apoyo para que logre asimilar positivamente los cambios que están sucediendo.
- Mi primer día en el jardín o en el colegio: ¿recuerdan su primer día en el jardín o la escuela? Muchas serán las experiencias alegres, divertidas, recuerdos con nostalgia… pero también muchos serán los que recuerdan ese primer día con sentimientos de miedo y soledad… Recuerdos de nuevos espacios, nuevo horario, nueva alimentación, nuevas personas, nuevas actividades; todo un mundo gigante por descubrir. Por ello, nada mejor que partir desde la propia experiencia del adulto para hacer ‘clic’ con la historia del niño y la niña; eso permitirá ser respetuoso de ese sentir y buscar las maneras de hacer más fácil y tranquilo ese momento de ingreso al jardín o al colegio grande, ya sea para que sea tan alegre y divertido como lo vivió el adulto o para que no se repita la historia de tristeza que pudo haber vivido.
- ¿Y ahora que no podemos salir qué?: este momento de confinamiento y aislamiento también supone muchos cambios; es un momento delicado emocionalmente para todos, aún más para los niños y las niñas el no poder jugar con sus amiguitos, no ver a su profe, no poder ir al parque, no salir a pasear, entre otros. Es un reto que, como individuos y comunidad, debemos asimilar; algo así como ese gigante al que hay que darle un lugar en nuestra casa y aprender a convivir con él.
- En unión familiar podremos darle seguridad a los niños y las niñas para salir adelante. Actividades como dialogar, cantar, bailar, jugar, cocinar, pintar, dibujar, hornear, actuar, leer y escribir pueden resultar especiales para aprovechar el tiempo, asimilar poco a poco este cambio y adaptarse a una nueva realidad tranquila y feliz.



















