- Adaptarse a la edad de la niña o niño, es decir, reconocer el momento de vida que están viviendo y no esperar que reaccionen como adultos ante situaciones de tensión.
- Fomentar su participación, permitiéndoles expresar lo que sienten de forma verbal y no verbal; preguntarles por lo que se está viviendo al momento de establecer un límite o construir una norma que oriente la convivencia familiar.
- Las normas deben tener un sentido, una razón de ser y no responder a imposiciones.
- Las normas que se acuerden y los límites que se establecen deben ser claros y comprensibles para la niña o niño.
- Expresar las normas y límites en positivo para favorecer su comprensión.
- Deben ser aplicables a todos los miembros del hogar.
Agenda de rutinas:
Para ayudar a interiorizar normas y límites con las niñas y niños puedes construir una agenda de rutinas en la que se expresen, a través de imágenes, las rutinas del día a día y las normas y reglas que deben seguirse para cada una de ellas; por ejemplo, levantarse – acostarse (a qué hora), cepillarse los dientes (luego de cada comida), comidas (a qué hora, en qué lugares, etc.).
En diálogo con la niña o niño, recorta imágenes de revistas, periódicos, etc., y escoge las que irán en la agenda; pega imágenes muy específicas que representen cada actividad de la rutina. Mientras se realiza esta actividad, el adulto o cuidador concertará con la niña o niño las reglas o normas que se proponen durante y después de cada actividad. Por ejemplo, cepillarse los dientes después de cada comida implica, además, tener un lugar para el cepillo y la crema
de dientes; luego del cepillado, estos elementos deben ubicarse en el lugar donde estaban inicialmente.
Con esta agenda no solo se interiorizan rutinas y normas que regulan cada actividad, sino que facilitan la comprensión de las situaciones, la organización del tiempo y contribuyen al fortalecimiento de la autonomía e identidad de la niña o niño.



















