Construir nichos de juego y exploración en casa: una oportunidad para favorecer el desarrollo de niñas y niños en primera infancia
Imagina que tu casa puede convertirse en un mundo lleno de posibilidades para que las niñas y niños puedan jugar, crear, explorar y disfrutar de las palabras cantadas, narradas y compartidas en familia.
Piensa en las múltiples ocasiones en que debajo de una mesa se construyeron naves para viajar al espacio, aquellas en las que las sombras que se generaban en la ventana fueron el motivo para que niñas y niños se preguntaran por la luz o las veces en que las y los bebés se emocionaban al sentir una nueva textura cuando gateaban por el piso de una habitación.

En esta oportunidad queremos invitarlos a reconocer que cada casa está repleta de opciones para que, desde la exploración de las texturas, colores, olores y sonidos, niñas y niños vivan experiencias sensoriales que favorecen su desarrollo, las cuales pueden enriquecerse en la medida en que las y los adultos que los acompañan les permiten ser y, bajo su cuidado y observación atenta y respetuosa, maravillarse del mundo que les rodea.

Les presentamos un recurso que puede hacer de la casa, un ambiente más poderoso para el desarrollo integral de las niñas y los niños desde la gestación: los nichos.
 


¿Qué son los nichos?


Son espacios delimitados que favorecen la exploración sensorial, caracterizados por promover una sensación de intimidad en las niñas y niños; se construyen con materiales que invitan a entrar a otro mundo, como telas, sombrillas con tiras de lana, toldillos e, inclusive, carpas.

¿Cómo se pueden organizar?
  1. Previamente el adulto, en conjunto con la niña o niño, diseñará un mapa de los espacios internos y externos de su casa para que, en un diálogo familiar, puedan identificar: aquellos lugares donde niñas y niños se sienten más cómodos y seguros y escoger uno para construir su nicho. En cuanto a las y los bebés, es importante que en el diálogo consideren lo que nos comunican con su cuerpo.
  2. Revisen los materiales con los que cuentan en casa para construir el nicho (telas, sabanas, toallones, retazos, sombrillas, lanas, aros, etc.) y estén atentos a todo lo que niñas y niños puedan proponer. Permita que ellas y ellos exploren y sientan estos materiales; con los más grandes, pueden ponerse de acuerdo sobre la forma del nicho; con las y los más pequeños es importante que les describan, en detalle, la estructura del nicho que van a construir para que se familiaricen con el mismo.
  3. En el lugar seleccionado, acompaña a la niña o el niño en la exploración del material y construyan juntos el nicho; este se puede concretar en el interior de la casa como si fuese una cueva, un escondite con cobijas o telas. Si es en el exterior, puede hacerse un rancho con materiales del contexto (hojas de plátano, palma, ramas, fibras, etc.). Para acompañar la construcción del nicho, ten presente sus dimensiones para que la disposición de los objetos sea segura;  imagina los movimientos que las niñas o los niños puedan realizar allí. Propón la búsqueda de un nombre para este lugar; resaltar el nombre de la niña o el niño es una forma de favorecer la construcción de su identidad.
  4. Con la estructura del nicho construida, seleccionen en familia varios objetos que sirvan de pretexto para vivir experiencias sensoriales, de juego, exploración y creación tales como lupas, botellas plásticas, tubos de rollos de papel higiénico, cuentos, linterna, telas, velos, sonajeros, aromatizadores, cascabeles, entre otros materiales presentes en el hogar, que motiven a explorar formas, tamaños, texturas, olores o sabores y dispónganlos dentro del nicho.
  5. tra opción es transformar el lugar de descanso de la niña o el niño o crear campamentos en casa donde las habitaciones y la sala se puedan convertir en refugios: usa sillas, sábanas, cobijas y cojines para crear un nicho de manera cómoda y creativa. Establece con la niña o el niño las reglas de juego que tiene este espacio en el que podrá explorar, crear, imaginar y jugar, además de establecer un vínculo familiar. Acuerden mutuamente un horario para visitar este lugar, motivar las exploraciones y la interacción con ese entorno.
  6. Para disfrutar del nicho, existen diversas experiencias que se pueden animar: la noche puede ser un momento para jugar con linternas y proyectar sombras en la pared o en el techo, se pueden leer o contar cuentos, historias de la tradición oral de las comunidades, etc. El nicho puede convertirse en un laboratorio de sensaciones, por eso, variar los materiales es una buena opción para mantener el interés de niñas y niños y potenciar sus propias exploraciones.

Recuerda que: el nicho puede perdurar en el tiempo, ser transformado y enriquecido con las propuestas, tanto verbales como no verbales, de las niñas y los niños. Para ello se requiere de adultos observadores y receptivos frente a todo lo que proponen en su afán de conocer el mundo que les rodea.



Para conocer más en detalle esta idea, les compartimos este enlace en el que encontrarán propuestas para transformar sus hogares en ambientes enriquecidos para la primera infancia.