En el Día Internacional de las Mujeres Rurales, desde Mis Manos Te Enseñan te brindamos información para reflexionar, en familia, sobre el aporte de ellas a nuestra cotidianidad, las ideas que tenemos de la vida en los sectores rurales y la forma en que entendemos los roles de hombre y mujeres.
Un poco de historia

Este día se conmemoró por primera vez el 15 de octubre de 2008 y fue establecido por las Naciones Unidas para reconocer la importancia de las mujeres del campo y su contribución al desarrollo social, especialmente desde la ruralidad; las mujeres rurales contribuyen, con sus prácticas de siembra y cuidado de la familia, a la seguridad alimentaria y a mejorar las relaciones personales en el campo.

En Colombia, el camino por mejorar la vida en la ruralidad es largo. Para lograrlo, también se conmemora el Día Internacional de la Mujer, sumado a la promoción de la equidad de género a través de la Ley 731 de 2002.

Aspectos para reflexionar sobre la importancia de las mujeres rurales

En nuestro país, la forma de vida en la ruralidad es muy variada dada la gran diversidad de etnias y culturas que hay en el campo; encontramos un gran número de mujeres indígenas, afrodescendientes y gitanas, también una mezcla de culturas debido a los procesos de movilización entre los diferentes territorios lo que genera diferentes prácticas de siembra y cosecha, de formas de crianza y de conformación de las familias y las comunidades en los territorios rurales.

Es importante destacar el aporte de las mujeres rurales al desarrollo económico y social del país, al que han contribuido por décadas en medio de condiciones de gran desigualdad. Recientemente, la Biblioteca Luis Ángel Arango, en su sección Credencial Historia No. 247, publicó el artículo “Las mujeres de la independencia” (consúltalo aquí), en el que se narra su participación en la gesta independendista de Colombia; ellas, de forma voluntaria, apoyaron al ejército de liberación al ocuparse de las labores domésticas y de cuidado; sirvieron también como mensajeras y participaron en diferentes frentes de batalla de forma anónima. Este es un ejemplo de cómo las mujeres campesinas han estado presentes durante el desarrollo y construcción del país, aunque a veces sus acciones queden en el anonimato.

Por estos motivos te invitamos a reflexionar sobre las mujeres rurales y pensar en que, tal vez, dentro de la conformación de nuestras familias, hay una madre, tía, abuela, bisabuela o tatarabuela, quienes fueron o son mujeres del campo: que gracias a ellas, nuestra gastronomía familiar, lo que tenemos en nuestra alacena y la forma en que nos relacionamos hoy, son más diversas y ricas y que nos abren nuevos caminos no solo en la elección de nuestras comidas, sino también en las posibilidades de educación y las formas como nos relacionamos con los otros integrantes de nuestras familias.

Tengamos presente que, en este momento, una mujer prepara la tierra para cultivar un alimento que va a llegar a nuestro plato, otra asiste a los animales para proveernos, otra cuida y educa a sus hijos para fortalecer la sociedad; otras luchan, día a día, para que no existan más violencias contra ellas o para que se les reconozca y se les valore, de tal manera que ser mujer sea siempre motivo de orgullo y no uno para tener miedo o para que sus hijas, hermanas, sobrinas, nietas y vecinas puedan tener un mejor presente con relaciones equitativas, amorosas y respetuosas, en sus colegios, trabajos, hogares y en la calle.

Mi Familia, un aporte del ICBF para fortalecer a las familias rurales.

Con la claridad de la relevancia de la mujer rural como protagonista del crecimiento del campo en Colombia, el ICBF a través del programa Mi Familia Rural, aporta al fortalecimiento de las capacidades familiares y comunitarias, basadas en la equidad de género y la participación activa de cada uno de sus integrantes, la vida familiar libre de cualquier tipo de violencia, el fortalecimiento del tejido social y el conocimiento de la oferta institucional pública y privada en los territorios.

El programa desarrolla encuentros rurales en los que se prioriza la participación de las mujeres para que se empoderen de los diferentes procesos comunitarios en sus territorios y reconozcan procesos que les permitan tener acceso a los bienes y servicios que necesitan, tanto a nivel individial como colectivo.
Mi Familia Rural también orienta a toda la familia hacia el fortalecimiento de las relaciones respetuosas, a través de la comunicación no violenta, la regulación de las emociones y la crianza basada en el buen trato, entre otros aspectos.

De esta forma, Mi Familia Rural aporta para que las mujeres rurales crezcan en su vida diaria y para que las personas que conviven con ellas (pareja, hijos/as, hermanos/as, vecinos/as) reconozcan y valoren su importancia en la vida rural, tanto a nivel familiar como comunitario y social.
La invitación en este día es a resaltar la labor de las mujeres rurales y a visibilizar la importancia de sus trabajos en nuestra sociedad.