Cada año, el 10 de octubre se conmemora el Día de la Salud Mental. Esta fecha llega ahora en medio de una pandemia que ha cambiado la vida de muchas personas: la pérdida del trabajo e ingresos, el distanciamiento con los seres queridos y personas significativas, los cambios en las actividades de la vida diaria, las limitaciones en el contacto social y de movilidad, la angustia y temor por el contagio, las afectaciones a la salud, entre otras.
Ante estos múltiples cambios se puede experimentar estrés, ansiedad, bajo estado de ánimo, agotamiento, irritabilidad, impotencia, por lo que es importante reconocer las emociones que están allí presentes para saber cómo manejarlas y desarrollar prácticas que nos ayuden al cuidado de la salud mental.
Adicional a esto, como lo señala la descripción del inicio, es necesario tener una actitud de comprensión y empatía por la situación que vive el otro, disponerse a acogerlo y acompañarlo incondicionalmente. Por tanto, lo que se busca es validar las emociones, expresarlas y compartirlas con alguien cercano para poder aceptarlas y, de esta manera, evitar luchar contra ellas.
¿Por qué es importante cuidar de la salud mental?
Por lo general se atiende solo a las manifestaciones físicas de alguna enfermedad, por lo que se requiere centrar la mirada y revisar cómo nos sentimos, de qué manera estamos siendo responsables con el autocuidado, qué hacemos para descansar y renovar energías, recrearnos, entre otros.
El cuidado de la salud mental es fundamental para el disfrute de calidad de vida: permite afrontar situaciones de estrés al gestionar las emociones de manera asertiva, contribuye a establecer relaciones respetuosas, a la toma de decisiones e incide en la productividad.
Recomendaciones para el cuidado de la salud mental
A continuación, compartimos algunas recomendaciones para tener en cuenta en el tiempo de pandemia.
1. Desarrollar hábitos saludables
Esto supone cualquier actividad que implique moverse, es decir, bailar, caminar, montar en bici, hacer yoga, ejercicios de respiración, manualidades; pero también, tener una alimentación balanceada en porciones adecuadas y cantidad suficiente, adecuada higiene personal, organización del espacio y sueño reparador.
2. Establecer rutinas
Con el propósito de organizar las actividades y destinar tiempos para realizarlas, se sugiere establecer rutinas para el sueño, horarios de alimentación, limpieza, ocio, trabajo, estudio y pausas activas. Asimismo, es importante controlar el tiempo de exposición a las pantallas (juegos en el celular, computador, programas de TV) y, en lo posible, motivar que la lectura se realice en libros físicos y no en dispositivos digitales.
De otro lado, si bien es clave mantenerse informado frente a la evolución del virus, también lo es definir los horarios y canales para ello; una persona puede saturarse de contenidos a través de diversas fuentes (televisión, radio, redes sociales), no todas ellas confiables, y generar temores o ansiedad frente a posibles contagios.
3. Desarrollar actividades para compartir y fortalecer el vínculo
El juego es una herramienta vital, presente en todas las edades, para fortalecer el vínculo; a través de este se puede vivenciar la cooperación, tolerancia a la frustración, autoestima, razón por la que podemos acudir a juegos de mesa, de rol, teatro de sombras, Pictionary, Tío Rico, Monopolio, Batalla Naval, parqués, sudoku o stop, solo para mencionar algunos de ellos. De igual manera complementar con actividades como cocinar, conversar y recordar anécdotas, revisar fotos antiguas, propiciar el contacto social vía telefónica o por redes sociales.
Para los niños, niñas y adolescentes también es importante interactuar con sus amigos. Se recomienda facilitar los medios y espacios para que puedan tener reuniones a través de videoconferencias. Otra opción es evaluar la posibilidad de encuentros al aire libre como parques o zonas verdes.
4. Cuidarnos para convivir armónicamente
Es bien sabido que estos tiempos de confinamiento también traen consigo momentos de tensión por cuestiones económicas, discusiones por la organización y los deberes del hogar, el cuidado y crianza de los hijos, entre otras. Por esto, siempre es conveniente revisar acuerdos, expresar cómo nos sentimos, reconocer cuando hay malestar y retomar la conversación cuando nos sintamos cómodos y tranquilos.
De igual forma, es importante chequearnos mutuamente, lo que permitirá identificar cambios en el estado de ánimo y los hábitos pues cada persona vive esta situación de confinamiento de diferente manera. Algunos lo percibirán de forma tensa y abrumadora, otros habrán conseguido adaptarse a los cambios. Cualquiera que sea el caso, debemos escuchar y validar sus emociones, sin emitir juicios de ninguna clase.
5. Mantener una actitud optimista y resiliente
Finalmente, para enfrentar estos tiempos, sin lugar a dudas, es clave tener una actitud optimista, ver la oportunidad en medio de la dificultad y reconocer que todo pasa. Llegará el momento que contaremos esta historia y podremos decir que salimos fortalecidos, con aprendizajes, anécdotas, buen humor; recordaremos los momentos de adversidad, cómo logramos sortearlos y nos daremos cuenta de qué estamos hechos. Hay que seguir intentándolo y vivir cada día a la vez.
Ante estos múltiples cambios se puede experimentar estrés, ansiedad, bajo estado de ánimo, agotamiento, irritabilidad, impotencia, por lo que es importante reconocer las emociones que están allí presentes para saber cómo manejarlas y desarrollar prácticas que nos ayuden al cuidado de la salud mental.
Adicional a esto, como lo señala la descripción del inicio, es necesario tener una actitud de comprensión y empatía por la situación que vive el otro, disponerse a acogerlo y acompañarlo incondicionalmente. Por tanto, lo que se busca es validar las emociones, expresarlas y compartirlas con alguien cercano para poder aceptarlas y, de esta manera, evitar luchar contra ellas.
¿Por qué es importante cuidar de la salud mental?
Por lo general se atiende solo a las manifestaciones físicas de alguna enfermedad, por lo que se requiere centrar la mirada y revisar cómo nos sentimos, de qué manera estamos siendo responsables con el autocuidado, qué hacemos para descansar y renovar energías, recrearnos, entre otros.
El cuidado de la salud mental es fundamental para el disfrute de calidad de vida: permite afrontar situaciones de estrés al gestionar las emociones de manera asertiva, contribuye a establecer relaciones respetuosas, a la toma de decisiones e incide en la productividad.
Recomendaciones para el cuidado de la salud mental
A continuación, compartimos algunas recomendaciones para tener en cuenta en el tiempo de pandemia.
1. Desarrollar hábitos saludables
Esto supone cualquier actividad que implique moverse, es decir, bailar, caminar, montar en bici, hacer yoga, ejercicios de respiración, manualidades; pero también, tener una alimentación balanceada en porciones adecuadas y cantidad suficiente, adecuada higiene personal, organización del espacio y sueño reparador.
2. Establecer rutinas
Con el propósito de organizar las actividades y destinar tiempos para realizarlas, se sugiere establecer rutinas para el sueño, horarios de alimentación, limpieza, ocio, trabajo, estudio y pausas activas. Asimismo, es importante controlar el tiempo de exposición a las pantallas (juegos en el celular, computador, programas de TV) y, en lo posible, motivar que la lectura se realice en libros físicos y no en dispositivos digitales.
De otro lado, si bien es clave mantenerse informado frente a la evolución del virus, también lo es definir los horarios y canales para ello; una persona puede saturarse de contenidos a través de diversas fuentes (televisión, radio, redes sociales), no todas ellas confiables, y generar temores o ansiedad frente a posibles contagios.
3. Desarrollar actividades para compartir y fortalecer el vínculo
El juego es una herramienta vital, presente en todas las edades, para fortalecer el vínculo; a través de este se puede vivenciar la cooperación, tolerancia a la frustración, autoestima, razón por la que podemos acudir a juegos de mesa, de rol, teatro de sombras, Pictionary, Tío Rico, Monopolio, Batalla Naval, parqués, sudoku o stop, solo para mencionar algunos de ellos. De igual manera complementar con actividades como cocinar, conversar y recordar anécdotas, revisar fotos antiguas, propiciar el contacto social vía telefónica o por redes sociales.
Para los niños, niñas y adolescentes también es importante interactuar con sus amigos. Se recomienda facilitar los medios y espacios para que puedan tener reuniones a través de videoconferencias. Otra opción es evaluar la posibilidad de encuentros al aire libre como parques o zonas verdes.
4. Cuidarnos para convivir armónicamente
Es bien sabido que estos tiempos de confinamiento también traen consigo momentos de tensión por cuestiones económicas, discusiones por la organización y los deberes del hogar, el cuidado y crianza de los hijos, entre otras. Por esto, siempre es conveniente revisar acuerdos, expresar cómo nos sentimos, reconocer cuando hay malestar y retomar la conversación cuando nos sintamos cómodos y tranquilos.
De igual forma, es importante chequearnos mutuamente, lo que permitirá identificar cambios en el estado de ánimo y los hábitos pues cada persona vive esta situación de confinamiento de diferente manera. Algunos lo percibirán de forma tensa y abrumadora, otros habrán conseguido adaptarse a los cambios. Cualquiera que sea el caso, debemos escuchar y validar sus emociones, sin emitir juicios de ninguna clase.
5. Mantener una actitud optimista y resiliente
Finalmente, para enfrentar estos tiempos, sin lugar a dudas, es clave tener una actitud optimista, ver la oportunidad en medio de la dificultad y reconocer que todo pasa. Llegará el momento que contaremos esta historia y podremos decir que salimos fortalecidos, con aprendizajes, anécdotas, buen humor; recordaremos los momentos de adversidad, cómo logramos sortearlos y nos daremos cuenta de qué estamos hechos. Hay que seguir intentándolo y vivir cada día a la vez.



















