Otra de esas herramientas es la imaginación, la pedagogía y la lectura. Por eso queremos invitarlos a leer, en familia, “Los días que todo se detuvo”. Se trata de un libro de la Organización Panamericana de la Salud, que explica a los niños y niñas qué es un virus, qué debemos hacer para cuidarnos y cuidar a los otros y cuáles precauciones debemos tener, por ejemplo, el lavado de manos y el uso del tapabocas, entre otras.
El libro trae actividades y juegos para realizar en familia y preparar el momento de salir de casa. Es así como para prepararnos podemos ensayar, como el libro nos invita, a tomar distancia de dos brazos entre nosotros en casa y luego hacer de nuevo este juego cuando salimos.
La lectura de este u otros cuentos en familia puede abrir espacios de conversación, con niños y niñas, sobre las emociones que puede generar el aislamiento preventivo: aburrimiento o tristeza causada por el distanciamiento o miedo y ansiedad generados por la incertidumbre de un riesgo inminente e invisible que se encuentra fuera de casa.
Frente a la expresión de estas emociones es importante reforzar prácticas de autocuidado y, a través de ellas, brindar seguridad. Si bien es fundamental que los niños y las niñas sean conscientes del riesgo, también lo es que sepan que ellos mismos pueden ayudar a mitigarlo. La clave es aprender a cuidarnos en familia y cuidar a otros
El libro trae actividades y juegos para realizar en familia y preparar el momento de salir de casa. Es así como para prepararnos podemos ensayar, como el libro nos invita, a tomar distancia de dos brazos entre nosotros en casa y luego hacer de nuevo este juego cuando salimos.
La lectura de este u otros cuentos en familia puede abrir espacios de conversación, con niños y niñas, sobre las emociones que puede generar el aislamiento preventivo: aburrimiento o tristeza causada por el distanciamiento o miedo y ansiedad generados por la incertidumbre de un riesgo inminente e invisible que se encuentra fuera de casa.
Frente a la expresión de estas emociones es importante reforzar prácticas de autocuidado y, a través de ellas, brindar seguridad. Si bien es fundamental que los niños y las niñas sean conscientes del riesgo, también lo es que sepan que ellos mismos pueden ayudar a mitigarlo. La clave es aprender a cuidarnos en familia y cuidar a otros



















