Luego de que la Directora General del ICBF anunciara que, a partir del primero de junio, los niños y niñas entre 2 y 5 años podrán salir al espacio público, tres veces a la semana, durante media hora, es probable que te estés preguntando ¿por qué la medida no aplica para los menores de 2 años?
La pregunta es muy válida, especialmente, si en casa tienes a un niño o niña entre 0 y 24 meses y te preocupa el hecho de que aún no puedas sacarlo al aire libre.
Sin embargo, los argumentos que tienen los epidemiólogos, pediatras, médicos y otros expertos en la materia para no recomendar la salida de la población en esta edad están muy bien justificados.
Recuerda que, ante todo, prima la salud, la seguridad y el bienestar de los niños y niñas.
Aquí te contamos las tres razones fundamentales por las cuáles los más pequeños del hogar aún deben permanecer en casa:
Por lo tanto son más susceptibles a contagiarse de infecciones respiratorias agudas.
Te en cuenta que los niños y niñas más pequeños tienen pasos de aire mucho más estrechos por lo que el tapabocas les dificulta el proceso de inhalación.
A su vez, son más proclives a las caídas incrementándose así el riesgo de contagio por su contacto con el suelo.
Ahora bien, el hecho de que deban permanecer en casa, no quiere decir que no puedas motivar a tu niño o niña entre 0 y 2 años desarrolle actividad física al interior de la vivienda.
Aquí te damos algunas ideas para favorecer su salud física y mental
Para menores de 1 año de edad
Los bebés menores de 12 meses no deben permanecer por más de una hora en la misma posición en coches, sillas o cargadores.
Ayúdale a tu bebé, de forma suave, delicada y cariñosa, a realizar estiramientos de brazos y piernas, cambios de posición y estímulos en su espalda mediante suaves masajes.
En esta etapa, además es clave potenciar el desarrollo cognitivo y sensorial mediante juegos que incluyan tocar distintas texturas, arrullos, canciones, rondas infantiles y lectura de cuentos.
Entre 1 y 2 años de edad
En esta etapa del ciclo de vida los niños y niñas ya logran permanecer sentados sin apoyo, han iniciado el gateo o ya han empezado a dar sus primeros pasos.
Lo recomendable es que completen entre 60 y 90 minutos de actividad física diaria de diversas intensidades.
Puedes estimular el gateo sobre distintas texturas (toallas, tapetes, mantas, etc.), desarrollar actividades de coordinación con juguetes, jugar a lanzar pelotas con la mano o con los pies e invitar al niño a o niña a realizar caminatas con apoyo de tus manos al interior de la vivienda.
Otra opción son las lúdicas de reconocimiento del cuerpo para las cuales te puedes apoyar con rondas infantiles. En este caso, puedes pedirle al niño o niña
que señale las partes a medida que las van mencionando: cabeza, ojos, rodillas, pies, entre otros, buscando, eventualmente, las mueva.
En este sentido, el baile y las canciones son una excelente alternativa. A través de rondas puedes animar a tu niño o niña a que represente lo que va narrando la canción. Por ejemplo si se dice: "mi carita redondita", se deben realizar los movimientos de un círculo bordeando la cara.
No olvides:
-Adecua un espacio de tu hogar que sea seguro para realizar actividad física con tu niño o niña. Identifica esos riesgos que pueden generar algún tipo de accidente como elementos inestables, muebles o elementos de decoración que puedan propiciar golpes, etc.
Para lograrlo te damos un truco: ponte al nivel del niño y recorre el espacio. Revisa qué tipo de obstáculos pueden entorpecer la actividad y retíralos o cambia de espacio.
-Los niños tienen en esta etapa del ciclo de vida tienen una atención limitada y, suelen aburrirse si la actividad propuesta dura mucho tiempo. Para evitarlo combina las dinámicas y genera variaciones.
-Promueve la autonomía. Acompañar no significa hacer las cosas por tu niño o niña. Permite que él o ella, por sí mismo, desarrolle las actividades propuestas y reconoce su esfuerzo.
La pregunta es muy válida, especialmente, si en casa tienes a un niño o niña entre 0 y 24 meses y te preocupa el hecho de que aún no puedas sacarlo al aire libre.
Sin embargo, los argumentos que tienen los epidemiólogos, pediatras, médicos y otros expertos en la materia para no recomendar la salida de la población en esta edad están muy bien justificados.
Recuerda que, ante todo, prima la salud, la seguridad y el bienestar de los niños y niñas.
Aquí te contamos las tres razones fundamentales por las cuáles los más pequeños del hogar aún deben permanecer en casa:
- Los niños y niñas menores de 2 años se encuentran en una etapa de su ciclo de vida en la que su sistema inmunológico aún es muy débil y se continúa en pleno proceso de fortalecimiento y maduración.
Por lo tanto son más susceptibles a contagiarse de infecciones respiratorias agudas.
- Adicionalmente, diversas organizaciones de pediatras en varios países han alertado que no es recomendable el uso de tapabocas por riesgo de asfixia ya que estos elementos de protección podrían causar dificultades respiratorias.
Te en cuenta que los niños y niñas más pequeños tienen pasos de aire mucho más estrechos por lo que el tapabocas les dificulta el proceso de inhalación.
- De otra parte, debes considerar que, hasta antes de cumplir los dos años, los niños tienen una caminata inestable porque sus habilidades de equilibrio, fortaleza y control aún se están desarrollando por lo que buscan objetos y superficies para apoyarse.
A su vez, son más proclives a las caídas incrementándose así el riesgo de contagio por su contacto con el suelo.
Ahora bien, el hecho de que deban permanecer en casa, no quiere decir que no puedas motivar a tu niño o niña entre 0 y 2 años desarrolle actividad física al interior de la vivienda.
Aquí te damos algunas ideas para favorecer su salud física y mental
Para menores de 1 año de edad
Los bebés menores de 12 meses no deben permanecer por más de una hora en la misma posición en coches, sillas o cargadores.
Ayúdale a tu bebé, de forma suave, delicada y cariñosa, a realizar estiramientos de brazos y piernas, cambios de posición y estímulos en su espalda mediante suaves masajes.
En esta etapa, además es clave potenciar el desarrollo cognitivo y sensorial mediante juegos que incluyan tocar distintas texturas, arrullos, canciones, rondas infantiles y lectura de cuentos.
Entre 1 y 2 años de edad
En esta etapa del ciclo de vida los niños y niñas ya logran permanecer sentados sin apoyo, han iniciado el gateo o ya han empezado a dar sus primeros pasos.
Lo recomendable es que completen entre 60 y 90 minutos de actividad física diaria de diversas intensidades.
Puedes estimular el gateo sobre distintas texturas (toallas, tapetes, mantas, etc.), desarrollar actividades de coordinación con juguetes, jugar a lanzar pelotas con la mano o con los pies e invitar al niño a o niña a realizar caminatas con apoyo de tus manos al interior de la vivienda.
Otra opción son las lúdicas de reconocimiento del cuerpo para las cuales te puedes apoyar con rondas infantiles. En este caso, puedes pedirle al niño o niña
que señale las partes a medida que las van mencionando: cabeza, ojos, rodillas, pies, entre otros, buscando, eventualmente, las mueva.
En este sentido, el baile y las canciones son una excelente alternativa. A través de rondas puedes animar a tu niño o niña a que represente lo que va narrando la canción. Por ejemplo si se dice: "mi carita redondita", se deben realizar los movimientos de un círculo bordeando la cara.
No olvides:
-Adecua un espacio de tu hogar que sea seguro para realizar actividad física con tu niño o niña. Identifica esos riesgos que pueden generar algún tipo de accidente como elementos inestables, muebles o elementos de decoración que puedan propiciar golpes, etc.
Para lograrlo te damos un truco: ponte al nivel del niño y recorre el espacio. Revisa qué tipo de obstáculos pueden entorpecer la actividad y retíralos o cambia de espacio.
-Los niños tienen en esta etapa del ciclo de vida tienen una atención limitada y, suelen aburrirse si la actividad propuesta dura mucho tiempo. Para evitarlo combina las dinámicas y genera variaciones.
-Promueve la autonomía. Acompañar no significa hacer las cosas por tu niño o niña. Permite que él o ella, por sí mismo, desarrolle las actividades propuestas y reconoce su esfuerzo.



















