Las relaciones entre las personas de diferentes generaciones han adquirido una importancia significativa en la situación de confinamiento que estamos viviendo, motivando un cuidado solidario en el que todos actuamos o somos invitados a actuar y en el que la forma de relacionarnos es plural, de todos.
Las nuevas rutinas de la vida diaria que estamos viviendo también nos están invitando a reflexionar sobre las formas de cuidado y las relaciones fracturadas a las que nos habíamos acostumbrado a vivir.
Atrás quedaron los momentos en que niños y niñas jugaban entre ellos en el jardín infantil, el colegio, los parques; los espacios entre adultos en el trabajo, cafeterías, bares, restaurantes; los adolescentes en sus grupos de estudio y amistad; y los espacios de interacción de los mayores con otras personas de su misma generación.
Hoy todos estamos en casa las 24 horas o buena parte de ellas, descubriendo y aprendiendo nuevas formas de interacción, no siempre desde el diálogo, la concertación y los acuerdos.
Por el contrario, se pueden presentan conflictos porque estamos fuera de nuestra zona de confort, de esa rutina que considerábamos estable y bajo control. Esto, por ahora, nos lleva a encontrar nuevas formas de relacionarnos para buscar armonía y bienestar.
Acercarnos y reconocernos en la diferencia
Si en la vida diaria no hemos cultivado la interacción constante entre las personas de distintas generaciones y el respeto por las diversas opiniones, las relaciones en este periodo de confinamiento pueden derivar en perjuicios y dificultades para la convivencia.
En este sentido, las percepciones que se tenemos de los demás juegan un papel muy importante para acercarnos o mantener la distancia, en especial de las personas mayores que muchas veces se perciben como molestas, inactivas, tristes e incluso ‘un estorbo’; ideas que pueden contrastar con lo que cada persona piensa de sí misma.
Esta situación también se puede presentar a partir de las percepciones que se tienen de los adolescentes, niños o niñas en casa; lo preocupante es que en ocasiones las personas tienden a comportase como los demás creen que son para no entrar en conflictos.
Por eso, invitamos a construir relaciones solidarias entre las generaciones, basadas en el apoyo mutuo y la transferencia de habilidades y experiencias, para los cual es necesario reconocer en cada persona, de cada generación, lo que puede brindarle a las demás.
Cuidado de las personas mayores
Hoy sabemos que las condiciones de salud de las personas mayores hacen más difícil su recuperación ante un eventual contagio del COVID-19. Esto se debe, entre otros factores al desgaste del organismo propio del envejecimiento lo cual hace más difícil combatir nuevas infecciones, sobre todo a partir de los 75 años por el debilitamiento del sistema inmune.
Pero no solo las condiciones de salud y el envejecimiento los ponen en peligro. La soledad como emoción y el aislamiento como condición estructural en la que viven muchos de ellos juegan un papel importante frente a su capacidad de responder a la enfermedad. Situación que también se presenta en las demás generaciones, pero que puede ser más crítica con las personas mayores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) insiste en que hay que garantizar que las personas mayores sean protegidas frente al riesgo de contagio de COVID-19, sin estar aisladas, estigmatizadas, dejadas en una situación de mayor vulnerabilidad o sin poder acceder a los bienes básicos y a la atención social.
Por eso también es importante extender los cuidados entre las generaciones, inclusive con los integrantes de las familias con los que no convivimos, más aún si hablamos de personas mayores.
Es fundamental que como familia nos involucremos en la planificación de los suministros de medicamentos, alimentos y, por supuesto, en las estrategias para mantenernos en contacto haciendo uso de las llamadas telefónicas, internet u otros modos de comunicación que se encuentren a nuestro alcance.
Recomendaciones para promover el cuidado entre generaciones
Esta interacción intergeneracional disminuye en los adultos mayores la propensión a demencias o Alzahimer, mientras que en las generaciones más jóvenes desarrollan la empatía, la solidaridad y el cuidado.
También representa una oportunidad para que las nuevas generaciones identifiquen las dificultades que han enfrentado los adultos, las maneras en las que pudieron abordarlas y así, construir referentes para afrontar sus propios problemas.
Lo que está en juego ahora no solo es la capacidad que desarrollemos para responder a la pandemia, sino también el aprendizaje que podamos sacar de esta experiencia para proteger la vida y la integridad de cada una de las personas que hacen parte de la familia en un contexto de interdependencia y solidaridad.
Recuerda que se puede estar aislado socialmente sin tener sentimientos de soledad y se puede estar solo sin estar aislado socialmente.
No obstante, las condiciones del confinamiento pueden causar daño a la salud física y mental, por lo cual siempre tenemos que realizar acciones que nos permitan mitigar el aislamiento, bien sea por la pandemia o por el que teníamos antes por las rutinas sociales.
Las nuevas rutinas de la vida diaria que estamos viviendo también nos están invitando a reflexionar sobre las formas de cuidado y las relaciones fracturadas a las que nos habíamos acostumbrado a vivir.
Atrás quedaron los momentos en que niños y niñas jugaban entre ellos en el jardín infantil, el colegio, los parques; los espacios entre adultos en el trabajo, cafeterías, bares, restaurantes; los adolescentes en sus grupos de estudio y amistad; y los espacios de interacción de los mayores con otras personas de su misma generación.
Hoy todos estamos en casa las 24 horas o buena parte de ellas, descubriendo y aprendiendo nuevas formas de interacción, no siempre desde el diálogo, la concertación y los acuerdos.
Por el contrario, se pueden presentan conflictos porque estamos fuera de nuestra zona de confort, de esa rutina que considerábamos estable y bajo control. Esto, por ahora, nos lleva a encontrar nuevas formas de relacionarnos para buscar armonía y bienestar.
Acercarnos y reconocernos en la diferencia
Si en la vida diaria no hemos cultivado la interacción constante entre las personas de distintas generaciones y el respeto por las diversas opiniones, las relaciones en este periodo de confinamiento pueden derivar en perjuicios y dificultades para la convivencia.
En este sentido, las percepciones que se tenemos de los demás juegan un papel muy importante para acercarnos o mantener la distancia, en especial de las personas mayores que muchas veces se perciben como molestas, inactivas, tristes e incluso ‘un estorbo’; ideas que pueden contrastar con lo que cada persona piensa de sí misma.
Esta situación también se puede presentar a partir de las percepciones que se tienen de los adolescentes, niños o niñas en casa; lo preocupante es que en ocasiones las personas tienden a comportase como los demás creen que son para no entrar en conflictos.
Por eso, invitamos a construir relaciones solidarias entre las generaciones, basadas en el apoyo mutuo y la transferencia de habilidades y experiencias, para los cual es necesario reconocer en cada persona, de cada generación, lo que puede brindarle a las demás.
Cuidado de las personas mayores
Hoy sabemos que las condiciones de salud de las personas mayores hacen más difícil su recuperación ante un eventual contagio del COVID-19. Esto se debe, entre otros factores al desgaste del organismo propio del envejecimiento lo cual hace más difícil combatir nuevas infecciones, sobre todo a partir de los 75 años por el debilitamiento del sistema inmune.
Pero no solo las condiciones de salud y el envejecimiento los ponen en peligro. La soledad como emoción y el aislamiento como condición estructural en la que viven muchos de ellos juegan un papel importante frente a su capacidad de responder a la enfermedad. Situación que también se presenta en las demás generaciones, pero que puede ser más crítica con las personas mayores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) insiste en que hay que garantizar que las personas mayores sean protegidas frente al riesgo de contagio de COVID-19, sin estar aisladas, estigmatizadas, dejadas en una situación de mayor vulnerabilidad o sin poder acceder a los bienes básicos y a la atención social.
Por eso también es importante extender los cuidados entre las generaciones, inclusive con los integrantes de las familias con los que no convivimos, más aún si hablamos de personas mayores.
Es fundamental que como familia nos involucremos en la planificación de los suministros de medicamentos, alimentos y, por supuesto, en las estrategias para mantenernos en contacto haciendo uso de las llamadas telefónicas, internet u otros modos de comunicación que se encuentren a nuestro alcance.
Recomendaciones para promover el cuidado entre generaciones
- Reconoce y busca que todos reconozcan la importancia de cada uno de los integrantes del grupo familiar.
- Promueve reuniones al interior del hogar o a través de internet para expresarlo, resaltando la importancia que cada miembro de la familia le manifieste a los demás lo que significan para sí mismos.
- Busca que cada persona de tu familia identifique una habilidad que quisiera compartir y enseñar a las personas de otras generaciones; una historia y cómo contarla, el manejo de internet y cómo aprovecharlo o cómo cocinar la receta favorita, etc. Este momento único permitirá trasladar los legados intergeneracionales.
- Favorece el diálogo entre generaciones y la participación en actividades colectivas; los juegos de mesa pueden ser una excelente herramienta o los juegos que impliquen actividad física, como las representaciones de canciones o películas.
Esta interacción intergeneracional disminuye en los adultos mayores la propensión a demencias o Alzahimer, mientras que en las generaciones más jóvenes desarrollan la empatía, la solidaridad y el cuidado.
- Motiva la lectura en familia o escuchen las historias familiares contadas por los adultos.
También representa una oportunidad para que las nuevas generaciones identifiquen las dificultades que han enfrentado los adultos, las maneras en las que pudieron abordarlas y así, construir referentes para afrontar sus propios problemas.
- Ten presente que durante el confinamiento obligatorio es imprescindible la participación de las personas de todas las generaciones para proteger adecuadamente a las personas mayores así como a los niños y niñas en primera infancia.
Lo que está en juego ahora no solo es la capacidad que desarrollemos para responder a la pandemia, sino también el aprendizaje que podamos sacar de esta experiencia para proteger la vida y la integridad de cada una de las personas que hacen parte de la familia en un contexto de interdependencia y solidaridad.
Recuerda que se puede estar aislado socialmente sin tener sentimientos de soledad y se puede estar solo sin estar aislado socialmente.
No obstante, las condiciones del confinamiento pueden causar daño a la salud física y mental, por lo cual siempre tenemos que realizar acciones que nos permitan mitigar el aislamiento, bien sea por la pandemia o por el que teníamos antes por las rutinas sociales.



















