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Abril 27, 2021

Vínculos fuertes y sanos, una vacuna multipropósito

Vínculos fuertes y sanos, una vacuna multipropósito
Son múltiples los factores que ponen en riesgo constante a los integrantes de las familias. El consumo problemático de sustancias psicoactivas, las diferentes manifestaciones de violencia, como la económica, la psicológica, la física o la de género; situaciones como el embarazo durante la adolescencia, el trabajo a temprana edad, el suicidio o la vinculación a grupos ilegales, suelen ser riesgos que se encuentran a la orden del día en diferentes escenarios de la vida cotidiana. ¿Cómo afrontar estos y otros riesgos? ¿Cómo prevenirlos?
Vínculos fuertes y sanos, una vacuna multipropósito

La capacidad para afrontar las situaciones retadoras a las que nos enfrentamos como individuos o como familia en la vida cotidiana se construye, en buena medida, a partir de las características de los vínculos que tejemos en las relaciones al interior de nuestras familias. Los vínculos familiares y las redes de apoyo que construyamos pueden marcar la diferencia al momento de enfrentar situaciones de riesgo para los niños, niñas, adolescentes y otros integrantes de las familias.

Y es que es importante tener presente que los vínculos que desarrollamos en nuestras familias y en el seno del hogar se originan en las ideas y creencias que hemos construido sobre la vida; de esta manera, a partir de nuestras creencias sobre el amores que construimos los vínculos afectivos. 


En nuestro contexto encontramos diversas concepciones y creencias sobre el amor y sus significados las cuales podrían dar lugar a la constitución de vínculos negativos. Por ejemplo, se ha extendido la idea de que el amor todo lo soporta o que es un sentimiento que solo involucra a quien lo siente sin tener en cuenta las necesidades y expectativas del otro; también se suele asociar el amor a la absoluta abnegación por parte de quien lo siente o que no se puede entrar en contradicción con alguien a quien se ama.

Así, un vínculo constituido sobre formas de relacionamiento erróneas puede convertirse en un factor de riesgo que puede favorecer que se presenten situaciones que esperamos prevenir; en nombre del amor o del afecto se puede caer en el consumo de sustancias psicoactivas, se puede justificar el ejercicio de la violencia o,incluso, motivar el suicidio.

Entonces, ¿cómo construimos vínculos fuertes y sanos?

Lo primero a tener en cuenta es que los vínculos se construyen en las relaciones, es decir, que involucran dos o más personas y, en esta dinámica, entran en diálogo varias creencias y construcciones individuales; claro, si permitimos que esto ocurra, de lo contrario tendremos una imposición. Así, dialogar sobre las creencias que tenemos mejora la calidad de los vínculos que construimos.

Pero es importante que esos diálogos no se den en abstracto, sino en la cotidianidad, en el día a día, cuando construimos las formas sobre cómo nos cuidamos, de cuidar a los otros, a nosotros mismos y el cómo nos cuidan; incluso, poder manifestar «no me gusta como me cuidas», nos permite construir nuevas maneras de relación, de cuidado y de vínculo.

En este sentido, es importante tener presente que el vínculo se construye en la cotidianidad, en los rituales y rutinas que desarrollamos diariamente, en las acciones que llenamos de sentido; es allí donde se afianzan las relaciones basadas en la confianza, la autonomía, el diálogo, la responsabilidad, entre otras. ¡Se construyen las redes de apoyo!

Vínculos fuertes y sanos se convierten en la vacuna multipropósito para afrontar las diferentes situaciones retadoras que tendremos como individuos y como familia. No siempre evitarán que las situaciones se presenten, pero sí construirán la red de seguridad para afrontarlas; desarrollar vínculos de calidad nos permitirá construir una mejor versión de nuestras familias y de nosotros mismos.