Las condiciones actuales de aislamiento preventivo han llevado a que millones de niños de 0 a dos años que acudían con regularidad a servicios de educación inicial, ahora permanezcan en sus hogares junto a sus padres, madres y cuidadores.
Si bien estas nuevas circunstancias suponen un reto para las familias que, debido a sus ocupaciones laborales o productivas, delegaban el cuidado y la atención a terceros, también representan una oportunidad para aprovechar el tiempo en casa y acompañar el desarrollo las niñas y niños.
De hecho, esta es una magnífica oportunidad para darle un “empujoncito” a esos cerebros que se encuentran en plena fase de cambios, nuevas conexiones y desarrollos que les servirán a lo largo de la vida.
Por eso, para que nuestras acciones como padres, madres y cuidadores, sirvan como apoyo para el desarrollo de un sinfín de habilidades, vivencias y experiencias en los niños y niñas entre 0 y 5 años, es recomendable:
Si hay algo que los bebés piden todo el tiempo es ser “atendidos”, es decir, escuchados, observados y acunados.
Les encanta que el adulto o cuidador les hable, les ría, les haga gestos, les cante, los balanceé de forma repetida y rítmica y, sobre todo, les juegue.
El día a día proporciona a las familias, un buen número de momentos para interactuar con los niños y las niñas y hacer que estos se sientan atendidos en sus necesidades.
Un empujón que ayudará a los bebés en la interacción con el adulto es “provocar muchas reacciones”.
Por ejemplo, podemos sumarnos al juego diario y recurrente de los bebés cuando lanzan muchas veces la misma cosa. La clave está en alcanzarle con agrado el mismo objeto que al bebé le encanta apretar, morder y lanzar.
También es importante interactuar con agrado cuando el niño o niña reaccione al mismo gesto o mueca que hacemos repetidamente, pues hay algo sensacional en el desarrollo de las niñas y los niños y es ver cómo reaccionan cuando ven las emociones de otros.
Hazle caras de tristeza, de enojo, de alegría, de sorpresa o de expectativa.
Los bebés necesitan anticipar las diversas rutinas del día. Para ello, es necesario que los padres, madres y cuidadores den un empujoncito para que los niños y niñas puedan escuchar arrullos, rimas, canciones y diálogos enmarcados en la anticipación.
Por ejemplo, al momento de cambiar un pañal, dar de comer, acunar, masajear, esconder un objeto, los cuales son momentos sencillos a los ojos de los adultos, pero que para las niñas y niños se convierten en grandes experiencias y oportunidades para fomentar, entre otras cosas, el desarrollo de la memoria y la capacidad de flexibilización.
¿Qué tal si dejamos de lado nuestros temores sobre el desarrollo de las niñas y los niños, y empezamos a considerar que el cerebro de los más pequeños no tiene porqué reaccionar tal y como los adultos esperamos que lo haga?
A veces, pareciera que no reconocemos sus particularidades y diferencias y esperamos con expectativa cambios veloces en el desarrollo de las niñas y los niños.
No podemos olvidar que siempre ocurren acontecimientos maravillosos en la evolución de su lenguaje, su movimiento, su capacidad de escuchar, reaccionar y poner atención, pero, siempre, a su ritmo.
Las niñas y los niños disfrutan mucho imitando a los adultos; en las experiencias de juego, es increíble verlos cómo observan lo que hacemos y se van adaptando al ritmo, a los turnos, a las nociones de inicio y final, a manipular, emparejar, ordenar, sacar, meter, llenar (…).
Este sin fin de experiencias sensoriales sirven para el desarrollo de juegos propios de los más pequeños del hogar, lo que, sin duda requieren de “un empujón” de los adultos para acompañar estas vivencias atendiendo a una pregunta mágica ¿qué tal sí?
Para llevar esta pregunta a la práctica y a la diversión, a continuación te damos algunos ejemplos:
Como ves hay muchas opciones. Solo necesitas algo de creatividad.
¿Qué tal si empezamos hoy?
Si bien estas nuevas circunstancias suponen un reto para las familias que, debido a sus ocupaciones laborales o productivas, delegaban el cuidado y la atención a terceros, también representan una oportunidad para aprovechar el tiempo en casa y acompañar el desarrollo las niñas y niños.
De hecho, esta es una magnífica oportunidad para darle un “empujoncito” a esos cerebros que se encuentran en plena fase de cambios, nuevas conexiones y desarrollos que les servirán a lo largo de la vida.
Por eso, para que nuestras acciones como padres, madres y cuidadores, sirvan como apoyo para el desarrollo de un sinfín de habilidades, vivencias y experiencias en los niños y niñas entre 0 y 5 años, es recomendable:
- Prestarles siempre atención
Si hay algo que los bebés piden todo el tiempo es ser “atendidos”, es decir, escuchados, observados y acunados.
Les encanta que el adulto o cuidador les hable, les ría, les haga gestos, les cante, los balanceé de forma repetida y rítmica y, sobre todo, les juegue.
El día a día proporciona a las familias, un buen número de momentos para interactuar con los niños y las niñas y hacer que estos se sientan atendidos en sus necesidades.
- Generar reacciones, para experimentar emociones
Un empujón que ayudará a los bebés en la interacción con el adulto es “provocar muchas reacciones”.
Por ejemplo, podemos sumarnos al juego diario y recurrente de los bebés cuando lanzan muchas veces la misma cosa. La clave está en alcanzarle con agrado el mismo objeto que al bebé le encanta apretar, morder y lanzar.
También es importante interactuar con agrado cuando el niño o niña reaccione al mismo gesto o mueca que hacemos repetidamente, pues hay algo sensacional en el desarrollo de las niñas y los niños y es ver cómo reaccionan cuando ven las emociones de otros.
Hazle caras de tristeza, de enojo, de alegría, de sorpresa o de expectativa.
- Anticipar, anticipar, Anticipar
Los bebés necesitan anticipar las diversas rutinas del día. Para ello, es necesario que los padres, madres y cuidadores den un empujoncito para que los niños y niñas puedan escuchar arrullos, rimas, canciones y diálogos enmarcados en la anticipación.
Por ejemplo, al momento de cambiar un pañal, dar de comer, acunar, masajear, esconder un objeto, los cuales son momentos sencillos a los ojos de los adultos, pero que para las niñas y niños se convierten en grandes experiencias y oportunidades para fomentar, entre otras cosas, el desarrollo de la memoria y la capacidad de flexibilización.
- Cerebrín, Cerebrán…
¿Qué tal si dejamos de lado nuestros temores sobre el desarrollo de las niñas y los niños, y empezamos a considerar que el cerebro de los más pequeños no tiene porqué reaccionar tal y como los adultos esperamos que lo haga?
A veces, pareciera que no reconocemos sus particularidades y diferencias y esperamos con expectativa cambios veloces en el desarrollo de las niñas y los niños.
No podemos olvidar que siempre ocurren acontecimientos maravillosos en la evolución de su lenguaje, su movimiento, su capacidad de escuchar, reaccionar y poner atención, pero, siempre, a su ritmo.
- Jugando, Jugando me voy maravillando
Las niñas y los niños disfrutan mucho imitando a los adultos; en las experiencias de juego, es increíble verlos cómo observan lo que hacemos y se van adaptando al ritmo, a los turnos, a las nociones de inicio y final, a manipular, emparejar, ordenar, sacar, meter, llenar (…).
Este sin fin de experiencias sensoriales sirven para el desarrollo de juegos propios de los más pequeños del hogar, lo que, sin duda requieren de “un empujón” de los adultos para acompañar estas vivencias atendiendo a una pregunta mágica ¿qué tal sí?
Para llevar esta pregunta a la práctica y a la diversión, a continuación te damos algunos ejemplos:
- Juegos con objetos no convencionales:
- Juegos con materiales naturales:
- Juegos con materiales reutilizables:
Como ves hay muchas opciones. Solo necesitas algo de creatividad.
¿Qué tal si empezamos hoy?



















