Todo esto a partir de 13 prácticas clave agrupadas en 3 grandes grupos: cuidarnos, cuidarnos al comer y cuidarnos en casa; estas prácticas no son más que hábitos positivos para cuidar a quienes deben ser cuidados.
Cuáles son las 13 prácticas de los «Seres de cuidado»:
Grupo 1: Cuidarnos
Grupo 2: Cuidarnos al comer
Cuáles son las 13 prácticas de los «Seres de cuidado»:
Grupo 1: Cuidarnos
- Brindar apoyo a la mujer embarazada con cuidados adecuados: asistir a control prenatal, identificar los signos de alarma durante el embarazo. Los demás miembros de la familia deben brindar afecto, apoyo y cuidado a la mujer durante el embarazo.
- Asegurarse de que niñas y niños tengan el esquema de vacunación que les corresponda según su edad: niñas y niños menores de 1 año deben tener esquema de vacunación completo y, hasta los 5 años, completar refuerzos completos de las vacunas.
- Compartir espacios de afecto, estímulo, juego y comunicación con niñas y niños: papá, mamá y otros miembros de la familia dan afecto con gestos y palabras, conversando, jugando o cantando con los niños y niñas.
- Brindar cuidados y tratamiento apropiado a niñas y niños: llevar a los niños a controles de crecimiento, corregirlos con afecto si los niños cometen faltas, aumentar en los niños el consumo de líquidos en caso de diarrea, fiebre o gripa, sin suspender lactancia materna. Si tienes niños con discapacidad, la familia debe poner en práctica los cuidados que se requieran.
Grupo 2: Cuidarnos al comer
- Alimentar a niñas y niños solo con leche materna desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad: las madres deben dar el calostro a los niños y niñas recién nacidos, así como lactancia exclusiva hasta los 6 meses. Las madres lactantes deben recibir cuidados, afecto y apoyo de su familia y pareja.
- Complementar la alimentación de niños y niñas a partir de los 6 meses de edad sin interrumpir la lactancia materna hasta los 2 años: las niñas y los niños mayores de 6 meses reciben leche materna y complementan con alimentos propios de la región, haciendo preparaciones que favorecen una buena nutrición y sirviendo en plato o taza aparte.
- Adoptando medidas saludables de preparación, manipulación, conservación y consumo de los alimentos: mantener alimentos en recipientes tapados, mantener aseado el lugar de preparación de alimentos y lavarlos antes de consumirlos. Utilizar huertas caseras para promover el autoconsumo.
- Lavado de manos con agua y jabón en momentos clave: las personas en la familia se lavan las manos en los momentos clave: antes de preparar los alimentos y de comer, después de ir al baño o cambiar el pañal. Las niñas y los niños se lavan las manos después de jugar o tocar animales, así como antes y después de comer e ir al baño.
- Asegurando que niñas y niños reciban los cuidados necesarios para una buena salud oral: después de cada comida, la mamá, el papá o las otras personas de la familia limpian las encías o cepillan los dientes de las niñas y los niños y los llevan a control odontológico.
- Tomando las medidas adecuadas para tener agua segura para consumo y aseo: la familia mantiene limpios y tapados los recipientes en los que se transporta y almacena el agua y los mantienen alejados de las basuras, del contacto con animales y de envases; además, al sacar el agua se usa una taza limpia, evitando meter las manos al recipiente de almacenamiento.
- Manteniendo la casa limpia y dando un tratamiento adecuado a las excretas, las aguas residuales y los residuos sólidos: las basuras se almacenan en recipientes con tapa y se disponen lejos de la vivienda y evitando botarlas al río. Si la familia no cuenta con baño, tapa o entierra sus deposiciones.
- Protegiendo a la familia de moscas, cucarachas, ratas, zancudos, murciélagos y otros animales que representan un peligro para la salud: la familia mantiene aseada la vivienda, usa toldillo para dormir y controla animales como ratas, cucarachas, zancudos y murciélagos, entre otros, al interior de la casa.
- Tomando medidas adecuadas para mantener la cocina libre de riesgos y prevenir accidentes en el hogar y el entorno: la familia mantiene cuchillos, tijeras, machetes u otros elementos peligrosos, fuera del alcance de niñas y niños, del mismo modo con sustancias tóxicas como gasolina, cloro o insecticidas. También la familia mantiene a los niños vigilados mientras el fogón está encendido.