Por: Diana Milena Trujillo
Subdirección de gestión técnica para la atención a la primera infancia del ICBF.
Leerles a las niñas y a los niños en la primera infancia es acompañarlos a crecer. En otras palabras, la lectura es “la nutrición cognitiva y emocional” más importante que pueden recibir desde el vientre, desde los primeros momentos de vida.
La literatura en la primera infancia se da desde que cantamos una canción de cuna y mediante los juegos de palabras, los versos, los arrullos… esa tradición oral es la poesía de la infancia.
Todas las familias tenemos un repertorio de canciones, arrullos, versos llenos de emociones, cuentos, historias… esperando a que las trasmitamos a las nuevas generaciones.
¿Te acuerdas de alguna canción de cuna? ¿Guardas en tu memoria algún cuento del abuelo, de tu mamá o de una tía?
Pues bien, los niños y las niñas, a partir del quinto mes de gestación desarrollan su oído, escuchan el corazón, los sonidos del estómago, la respiración y la voz de su madre, además de otros sonidos que sean cercanos a ella. Luego, cuando nacen, identifican las voces y les ponen rostro. La primera lectura que hacemos es de la cara de nuestra mamá o cuidador, leemos sus gestos y sus emociones.
Si además de estos sonidos que las niñas y los niños escuchan en el vientre, escuchan canciones, cuentos, historias… los estamos abrazando con las palabras; los estamos envolviendo con la literatura; los estamos llenando de afecto y así, ellos van desarrollando la sensación de que existe un lenguaje y un mundo lleno de significados que los está esperando.
Los cuentos y las historias de la tradición oral o de los libros nos dan la capacidad de pensar en cosas que no vemos, ¡de imaginar!
Leerles a las niñas y a los niños les permite desarrollar una estructura mental para pensar, conocer e interpretar el mundo. Por ejemplo, les ayuda a comprender que el tiempo tiene secuencias. Cuando empezamos un cuento con la frase: Había una vez hace muchísimos años, en un país muy pero muy lejano, las niñas y los niños se ubican en un espacio y en un tiempo.
Leer es encontrar en los libros la oportunidad de conocer otros mundos posibles y abrir la puerta a la fantasía para potenciar la imaginación y la creatividad.
Leer con las niñas y los niños es compartir con ellos tiempo de calidad y darles afecto. Un niño y una niña a quien se le lee, tiene un capital simbólico, tiene las herramientas para interpretar, argumentar y proponer; adquiere un amplio vocabulario y logra obtener momentos de atención y
concentración más largos a la vez que construye vínculos afectivos más fuertes con ese adulto significativo que le lee.
Ahora que conoces todos los beneficios de la lectura, ¡anímate a leer!