Usted está en:
Octubre 18, 2022

La importancia del juego como un derecho de niños y niñas en primera infancia

La importancia del juego como un derecho de niños y niñas en primera infancia
Para muchos adultos puede ser desconocido que el juego es un derecho y una parte esencial en el desarrollo y aprendizaje de niños y niñas al ser una de las actividades rectoras de la primera infancia. Pero, además, el juego es uno de los principios fundamentales para Colombia en el marco de la política de Estado para el desarrollo integral de la primera infancia «De cero a siempre» (Ley 1804 de 2016).
La importancia del juego como un derecho de niños y niñas en primera infancia
En el marco de la atención integral, se considera que el juego es un derecho que debe ser garantizado en todos los entornos donde el niño o niña vive su desarrollo y aprendizaje, desde el hogar, hasta entornos como el educativo, de salud, los espacios públicos, comunitarios y digitales etc. Esto implica, promover y garantizar el disfrute del juego en todos los entornos donde niñas y niños viven su desarrollo y aprendizaje bajo la premisa de que «la niña y el niño viven en el juego y para el juego» y que estos entornos deben adaptarse a esta condición vital.

El juego es importante para el desarrollo de niños y niñas pues a través este se generan escenarios y situaciones que promueven la comunicación, la cooperación, la construcción de normas y límites, el desarrollo de la identidad y la autonomía, la representación de la realidad, el conocimiento de los objetos y las relaciones de causalidad.
 
Por esta razón es importante movilizar experiencias que permitan el disfrute del juego y de esta manera potenciar el desarrollo y aprendizaje de las niñas y los niños. Movilizar experiencias implica organizar, disponer y resignificar ambientes para que tengan potencial lúdico, es decir pensar en escenarios de juegos, objetos, enseres, utensilios y otros elementos que pueden ser transformados, manipulados, recreados y disfrutados desde las propuestas de las niñas y los niños.
 
En cuanto al entorno educativo, entender el juego como una parte fundamental del desarrollo en la primera infancia favorece un cambio de paradigma de una perspectiva escolarizante al reconocer experiencias que impulsen el poder que tiene el juego en el desarrollo integral y aprendizaje de las niñas y los niños. Esto quiere decir que agentes educativos y maestros deben posibilitar que los niños se sientan acogidos y valorados como parte de una familia, comunidad y el mundo donde puedan expresar sus ideas, pensamientos, emociones y sentimientos de manera genuina; obtengan diferentes significados sobre las situaciones, ocupaciones, fenómenos naturales y los diversos usos de las cosas que les rodean.
 
Además, estas prácticas contribuyen al fortalecimiento de las capacidades del talento humano y de los adultos, de las familias de las niñas y niños en torno al juego y su correlación con los procesos de desarrollo y aprendizaje. Por esta razón hay que darle un lugar privilegiado al juego como una actividad seria y propia de las niñas y los niños.