Disfrazarse invita a los niños y niñas a crear personajes, a construir diferentes mundos posibles, a hacer o actuar como otro lo haría (cómo creen o imaginan que es o qué hace ese otro), les permite disfrutar al representar las posibilidades que brinda ‘transformarse’ en un superhéroe, un león, un bombero o cualquier otro personaje que hayan visto en su comunidad y cultura, en televisión o en cine.
Para los niños y niñas disfrazarse no es solo ponerse o usar un traje, es la oportunidad de expresar sus ideas, sus pensamientos, sus emociones y sus propios gustos. Jugar con trajes, disfraces, sombreros y accesorios, entre otros, representa una ocasión para descubrir, imaginar y crear; mientras avanzan en el proceso de comunicación con su cuerpo, con los gestos, en el reconocimiento de nuevas posibilidades de movimiento, de nuevas palabras, de nuevas formas de representación.

Por todas estas razones, lo importante no es el disfraz, sino la posibilidad que tenemos los adultos que acompañamos a los niños y niñas de relacionarnos con ellos, por medio del juego, con las representaciones que hacen, las preguntas que podemos plantearles o proponerles sobre los personajes, así como los gestos, movimientos y sonidos que podemos hacer los adultos al crear nuevos personajes.

En este sentido, una sábana vieja, prendas usadas de ropa de la familia, accesorios como collares, aretes, manillas; objetos como bastones, palos, gorros, ruanas, sombreros y bufandas pueden convertirse en maravillosas oportunidades para que ellos mismos creen sus propios trajes y personajes. Estos son tan válidos e importantes como los trajes fabricados por los adultos o que se comercializan en almacenes. A la oportunidad de crear personajes por medio de los disfraces se unen las tradiciones familiares y culturales de compartir en el vecindario, calles o lugares públicos con otros niños y niñas que también están disfrazadas.
 
Dadas las circunstancias actuales de la emergencia sanitaria, es necesario que como familias creemos diversas maneras de celebrar estas tradiciones, manteniendo todas las medidas de autocuidado y cuidado del otro, sin que representen un riesgo para la seguridad y salud de niños, niñas o de nosotros mismos.
Aquí les compartimos algunas propuestas que podemos disfrutar en familia, en los lugares que vivimos, durante estas celebraciones:
  • Permitamos que los niños y niñas expresen sus gustos y deseos, escogiendo si quieren o no disfrazarse y cuál disfraz les gustaría usar.
  • Disfrutemos en familia, disfrazándonos todos con prendas, accesorios y objetos que tengamos en nuestros hogares.
  • Representemos los lugares que les gustan o en los que viven los personajes de los que nos hemos disfrazado. Para esto podemos aprovechar los pasillos o rincones de donde vivimos; así, por ejemplo, si nos hemos disfrazado de lobo, podemos crear el bosque con materiales reutilizables como papel usado, cajas, botellas plásticas, sábanas, cojines, entre otros.
  • Juguemos a la búsqueda del tesoro. Podemos esconder cartas, frutas, regalos, fotografías (o lo que decidamos en familia que es valioso y representa un tesoro) en diferentes espacios del lugar donde vivimos y luego, por medio de pistas que podemos dar en un sencillo dibujo o en forma de adivinanzas, invitar a toda la familia a ¡descubrir el tesoro!
  • Actuemos como los personajes de los que nos hemos disfrazado y disfrutemos con niños y niñas, recreando el rol elegido; para esto, proponles caminar, hablar y comportarse como los personajes que hayan seleccionado. Recordemos que disfrazarse no es solo usar un traje.
  • Juguemos al monstruo dulce. Para ello podemos guardar dulces, frutas o pequeñas sorpresas en los bolsillos del disfraz o traje de un adulto (que será el monstruo dulce); él se esconderá en algún espacio del lugar donde vivimos y luego, todos en familia, lo buscaremos. Al encontrarlo, tomaremos las sorpresas que guardaron en sus bolsillos.
  • Disfrutemos en familia de la música. Podemos realizar un concierto en el que los artistas invitados son los personajes que representamos con nuestro disfraz, cantar nuestras canciones favoritas o hacer karaoke. Si es posible, explora estas páginas y diviértanse: https://maguare.gov.co/cantar/ y http://www.musicalibre.com.co/.
  • Creemos y narremos historias colectivas en familia, incluyendo los personajes de los que estamos disfrazados. Para esto podemos dar turnos en los que cada miembro de la familia crea, narra e interpreta una parte de la historia.
 
Recordemos que cualquier día y cualquier ocasión es perfecta, para disfrazarnos, jugar, crear e imaginar nuevos personajes en familia; no necesariamente tiene que ser durante la noche de disfraces. Disfrazarse abre un mundo único, lleno de posibilidades para los niños, las niñas y las familias.