Si bien el aislamiento o confinamiento es una medida necesaria para la mitigación del COVID-19, es una situación que, sumada a la incertidumbre y al temor que hoy genera la pandemia que afecta a toda la humanidad, puede generar consecuencias en la salud mental de las personas, especialmente de los niños, niñas y adolescentes.
La adolescencia es una etapa del desarrollo especialmente compleja, debido a los múltiples cambios físicos, hormonales, psicológicos y emocionales que se presentan.
Por lo tanto, la comunicación asertiva y la observación se convierten en los mejores aliados de los cuidadores a la hora de proteger la salud mental de los adolescentes durante el aislamiento.
Conoce algunas de nuestras recomendaciones:
Los padres, madres y cuidadores desarrollamos habilidades para identificar cambios en el estado de ánimo y en los comportamientos de los niños, niñas y adolescentes.
Por eso, aunque muchos de estos cambios son normales, también debemos estar atentos a aquellos que los estén afectando de forma negativa y sean prolongados.
La comunicación asertiva y empática es esencial. Pregúntales constantemente cómo están y si quieren hablar acerca de lo que están sintiendo.
Déjales saber que no estás para juzgar cómo se sienten, que no está mal sentirse triste o preocupado por momentos y que, si bien, todos y todas enfrentamos esta situación de formas diferentes, estamos juntos en esto.
Aunque muchos y muchas adolescentes deciden no hablar de sus sentimientos, es importante que sepan que estás para escucharles y que cuentan contigo.
Aprende a entender su manera de comunicarse y a leer sus actitudes y comportamientos.
Existen muchas estrategias para comunicarte con tus hijos o hijas. Sin embargo, no existe una receta perfecta.
Todas las familias tenemos diferentes formas de comunicarnos y expresarnos nuestro afecto. Intenta fortalecer aquellas que ya funcionan para ti.
La saturación de información de fuentes no confiables puede generar sensación de incertidumbre, angustia y ansiedad.
Es cierto que los adolescentes están en constante contacto con diferentes fuentes de información a través de Internet y de las redes sociales y esto es algo difícil de controlar.
Sin embargo, no olvides que los niños, niñas y adolescentes siguen el ejemplo de sus cuidadores.
Establece un momento del día para consultar información de fuentes oficiales y preguntáles qué han escuchado ellos y ellas.
Siéntate en familia e invítales a construir juntos una rutina diaria, teniendo en cuenta las responsabilidades e intereses de cada persona.
Asegúrate de que haya un momento para las actividades laborales o escolares, una actividad personal, una tarea del hogar y un momento de juego conjunto en el que pasen tiempo de calidad.
Este tiempo en casa es una oportunidad para explorar habilidades y capacidades para ocupar nuestro tiempo y cuidar de nuestra salud física y mental.
Invítales a que aprovechen la televisión y la Internet para encontrar rutinas, tutoriales y cursos gratuitos según sus intereses.
Muchas veces las actitudes de los adolescentes nos retan como padres, madres y cuidadores.
Te invitamos a que tomes un momento para respirar y reaccionar de forma asertiva, conversando acerca de lo sucedido.
Una recomendación para esta época en la que estaremos conviviendo más tiempo en casa es establecer reglas y consecuencias claras frente aspectos como el orden, las tareas de la casa, los horarios de televisión o redes sociales, entre otras, y compartirlas con todos los integrantes de la familia.
Adaptarnos a la situación actual es un reto para todos y todas. No olvides cuidar de tu propia salud mental, teniendo una rutina de sueño adecuada y hábitos saludables como hacer actividad física y dedicar tiempo para ti.
La adolescencia es una etapa del desarrollo especialmente compleja, debido a los múltiples cambios físicos, hormonales, psicológicos y emocionales que se presentan.
Por lo tanto, la comunicación asertiva y la observación se convierten en los mejores aliados de los cuidadores a la hora de proteger la salud mental de los adolescentes durante el aislamiento.
Conoce algunas de nuestras recomendaciones:
- Observa sus comportamientos
Los padres, madres y cuidadores desarrollamos habilidades para identificar cambios en el estado de ánimo y en los comportamientos de los niños, niñas y adolescentes.
Por eso, aunque muchos de estos cambios son normales, también debemos estar atentos a aquellos que los estén afectando de forma negativa y sean prolongados.
- Comunícate a partir de las preguntas
La comunicación asertiva y empática es esencial. Pregúntales constantemente cómo están y si quieren hablar acerca de lo que están sintiendo.
Déjales saber que no estás para juzgar cómo se sienten, que no está mal sentirse triste o preocupado por momentos y que, si bien, todos y todas enfrentamos esta situación de formas diferentes, estamos juntos en esto.
Aunque muchos y muchas adolescentes deciden no hablar de sus sentimientos, es importante que sepan que estás para escucharles y que cuentan contigo.
Aprende a entender su manera de comunicarse y a leer sus actitudes y comportamientos.
- No hay una regla mágica. Haz lo que siempre ha funcionado.
Existen muchas estrategias para comunicarte con tus hijos o hijas. Sin embargo, no existe una receta perfecta.
Todas las familias tenemos diferentes formas de comunicarnos y expresarnos nuestro afecto. Intenta fortalecer aquellas que ya funcionan para ti.
- ¿Te preocupa la cantidad de información que consumen? Empieza con dar el ejemplo
La saturación de información de fuentes no confiables puede generar sensación de incertidumbre, angustia y ansiedad.
Es cierto que los adolescentes están en constante contacto con diferentes fuentes de información a través de Internet y de las redes sociales y esto es algo difícil de controlar.
Sin embargo, no olvides que los niños, niñas y adolescentes siguen el ejemplo de sus cuidadores.
Establece un momento del día para consultar información de fuentes oficiales y preguntáles qué han escuchado ellos y ellas.
- Establece una rutina individual y familiar
Siéntate en familia e invítales a construir juntos una rutina diaria, teniendo en cuenta las responsabilidades e intereses de cada persona.
Asegúrate de que haya un momento para las actividades laborales o escolares, una actividad personal, una tarea del hogar y un momento de juego conjunto en el que pasen tiempo de calidad.
- Motívales a encontrar actividades que les gusten
Este tiempo en casa es una oportunidad para explorar habilidades y capacidades para ocupar nuestro tiempo y cuidar de nuestra salud física y mental.
Invítales a que aprovechen la televisión y la Internet para encontrar rutinas, tutoriales y cursos gratuitos según sus intereses.
- Recuerda que tú eres el adulto
Muchas veces las actitudes de los adolescentes nos retan como padres, madres y cuidadores.
Te invitamos a que tomes un momento para respirar y reaccionar de forma asertiva, conversando acerca de lo sucedido.
Una recomendación para esta época en la que estaremos conviviendo más tiempo en casa es establecer reglas y consecuencias claras frente aspectos como el orden, las tareas de la casa, los horarios de televisión o redes sociales, entre otras, y compartirlas con todos los integrantes de la familia.
- Cuídate para poder cuidar
Adaptarnos a la situación actual es un reto para todos y todas. No olvides cuidar de tu propia salud mental, teniendo una rutina de sueño adecuada y hábitos saludables como hacer actividad física y dedicar tiempo para ti.



















