Seguro que muchas veces has escuchado hablar de estimulación temprana. Pues bien, desde el ICBF queremos contarte sobre otra forma de acompañar a la infancia desde la gestación para potenciar el desarrollo de las niñas y los niños en el vientre sin saturarlos de información o alterar ese medio tan perfecto en que se están formando.
El vientre es un escenario cálido, la temperatura del líquido amniótico es el adecuado, la luz que se recibe es la necesaria y los sonidos del corazón, del sistema digestivo y de la voz de la madre son el paisaje sonoro que arrulla al bebe en gestación.
Es un lugar seguro que no necesita ser alterado sino enriquecido. Es un ambiente ¡perfecto!
Ten en cuenta que…
El desarrollo es influenciado por el ambiente, las caricias, los abrazos, los arrullos, las nanas… son experiencias e interacciones que puedes tener con tu hijo o hija desde el vientre las cuales quedan marcadas en su ser: en la piel y en el cerebro, influyendo en su desarrollo.
Y qué mejor que aprovechar esta temporada de cuarentena para establecer ese vínculo. Por eso aquí te damos algunas orientaciones.
¿Cómo hacerlo?
Al acariciar tu vientre, al permitir que tu pareja o un miembro significativo de la familia abrace tu vientre, cambia la temperatura de tu piel y le estas dando un mensaje a ese ser maravilloso que está creciendo dentro de ti.
Lo mismo pasa cuando le cantas nanas, recitas arrullos, cuando le hablas y le lees: en su cerebro empiezan a ocurrir conexiones por la información sensorial que está recibiendo.
Todas las sensaciones que podamos ofrecerle al niño o a la niña desde la gestación permiten que se desarrolle plenamente y se fortalezcan los vínculos afectivos con su madre, con su padre o con su cuidador y su familia.
Es importante que sepas que, durante la gestación y durante los primeros tres meses de nacido, el cerebro del bebé logra el 80% de sus conexiones neuronales, por lo que todas las experiencias sensoriales que le puedas brindar ayudarán a su desarrollo.
De esta manera, el contacto que tengas con él o con ella es una oportunidad para cuidarlo, para que se sienta amado y para que disfrute desde sus sentidos. ¿Cómo lograrlo?
Aquí te damos algunos trucos:
No olvides que las emociones del bebé están conectadas a las tuyas, tú le transmites lo que sientes. Por eso es fundamental que te encuentres en un ambiente protector, sano y bien nutrido.
El vientre es un escenario cálido, la temperatura del líquido amniótico es el adecuado, la luz que se recibe es la necesaria y los sonidos del corazón, del sistema digestivo y de la voz de la madre son el paisaje sonoro que arrulla al bebe en gestación.
Es un lugar seguro que no necesita ser alterado sino enriquecido. Es un ambiente ¡perfecto!
Ten en cuenta que…
El desarrollo es influenciado por el ambiente, las caricias, los abrazos, los arrullos, las nanas… son experiencias e interacciones que puedes tener con tu hijo o hija desde el vientre las cuales quedan marcadas en su ser: en la piel y en el cerebro, influyendo en su desarrollo.
Y qué mejor que aprovechar esta temporada de cuarentena para establecer ese vínculo. Por eso aquí te damos algunas orientaciones.
¿Cómo hacerlo?
Al acariciar tu vientre, al permitir que tu pareja o un miembro significativo de la familia abrace tu vientre, cambia la temperatura de tu piel y le estas dando un mensaje a ese ser maravilloso que está creciendo dentro de ti.
Lo mismo pasa cuando le cantas nanas, recitas arrullos, cuando le hablas y le lees: en su cerebro empiezan a ocurrir conexiones por la información sensorial que está recibiendo.
Todas las sensaciones que podamos ofrecerle al niño o a la niña desde la gestación permiten que se desarrolle plenamente y se fortalezcan los vínculos afectivos con su madre, con su padre o con su cuidador y su familia.
Es importante que sepas que, durante la gestación y durante los primeros tres meses de nacido, el cerebro del bebé logra el 80% de sus conexiones neuronales, por lo que todas las experiencias sensoriales que le puedas brindar ayudarán a su desarrollo.
De esta manera, el contacto que tengas con él o con ella es una oportunidad para cuidarlo, para que se sienta amado y para que disfrute desde sus sentidos. ¿Cómo lograrlo?
Aquí te damos algunos trucos:
- Cántale canciones de cuna, tu canción favorita, o las nanas o arrullos de tu infancia
- Realiza masajes en el vientre con cremas, aceites o simplemente con la palma de la mano
- Léele cuentos o tu libro favorito
- Háblale: dile que lo esperas, que lo amas. Cuéntale de su familia o nárrale las cosas que hiciste o que vas a hacer durante el día
- Ponle música… en un volumen moderado, canciones que disfrutes y que te hagan sentir contenta, alegre.
- Aliméntate bien y sanamente. Disfruta la comida, todo lo que sientes, también lo siente el bebé.
- Si te sientes triste, busca apoyo en tu pareja y en tu familia. Conversa y pide ayuda si la necesitas.
No olvides que las emociones del bebé están conectadas a las tuyas, tú le transmites lo que sientes. Por eso es fundamental que te encuentres en un ambiente protector, sano y bien nutrido.



















