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La cuarentena, una oportunidad para practicar una crianza amorosa, positiva y asertiva

Bogotá, D. C.
Jueves 21 de Mayo de 2020 - 04:57 PM
La cuarentena, una oportunidad para practicar una crianza amorosa, positiva y asertiva

@linaarbelaez La Directora General del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Lina Arbeláez, junto a Olga Alicia Carbonell, doctora en Desarrollo Infantil y Estudios de Familia de la Universidad de Purdue, West Lafayette-Indiana; Pablo Muñoz, doctor en Psicología (D.Psy) de la Universidad Laval de Canadá, acompañados del youtuber Kevin Santiago, participaron de un conversatorio online donde el eje central fue la crianza asertiva de niños, niñas y adolescentes.

Al encuentro se conectaron cerca de 900 personas de varios departamentos del país quienes enviaron sus inquietudes e, incluso, se registraron usuarios de otros países.

Para iniciar Lina Arbeláez se refirió a la pandemia señalándola como una oportunidad para empezar a relacionarnos de manera diferente. “La crianza asertiva debe ser lo más importante para trabajar como familia dentro del hogar sobre todo en esta cuarentena cuando compartimos más tiempo juntos. Desde el ICBF les estamos brindando herramientas a los padres y cuidadores para avanzar en relaciones positivas con los niños, niños y adolescentes”. Acto seguido, inició el conversatorio preguntándole a los expertos si es igual corregir a un niño que a un adolescente.

La doctora Olga Alicia Carbonell se refirió a la importancia de construir lenguajes con los bebés ya que aún no tienen la capacidad de autorregularse. De acuerdo con su apreciación, se deben construir normas y límites desde los primeros años de vida y tener en cuenta que los niños menores de 3 años se expresan a través de diferentes formas. Cuando los adultos deban ejercer normas, deben hacerlo con un rostro tranquilo e intentar en lo posible no llevar sus experiencias de crianza con golpes o gritos a sus hijos y tener en cuenta que los niños de primera infancia se expresan a través de berrinches porque no les es fácil aun reconocer sus emociones. Para la experta, técnicas como el tiempo fuera no son efectivas en la primera infancia ya que los niños y niñas no tienen autocontrol, lo mejor, en caso de que el berrinche no cese, tener contacto físico para que sientan la contención, sin necesidad de usar gritos.

Sobre el particular Lina Arbeláez recalcó que lo más importante es “que los adultos reconozcamos que somos los referentes de las emociones de las niñas y niños. Por eso debemos demostrar que también podemos sentirnos tristes o estresados”, agregó.

Al responder la pregunta planteada por la Directora del ICBF, el psicólogo Pablo Muñoz, recalcó que desde un principio se debe crear una relación afectuosa y de confianza con los hijos, que se convierta en el clima favorable para enseñar normas y límites. Sí por el contrario, no hay una relación constante, clara, sin rutinas bien establecidas, se genera desorganización. “Establecer rutinas básicas como la hora de la comida, del sueño, de realizar las tareas, permite al niño ir organizando su comportamiento. A medida que vamos creciendo, esa confianza que se ha ido construyendo, permite abrir ese diálogo con los niños. Uno no se da cuenta, pero a veces subestima la comunicación como aspecto fundamental para regular el comportamiento y darle herramientas al niño de regularse emocionalmente”, expresó el especialista.

Dijo, además, que en la adolescencia hay un cambio cualitativo. Es decir, no solo transformaciones biológicas sino sociales y psicológicas que se vuelven retos nuevos. “Es importante entender este cambio e ir alejándose un poco del niño, permitir su autonomía, pero al mismo tiempo darle un contexto con límites”.

En este sentido, la Directora del ICBF reiteró la necesidad de que entendamos como padres el respeto por esa exploración a la individualidad y no lo veamos como una afrenta.

Al abordar nuevamente el tema de la conducta, Olga Alicia Carbonell aseveró que los niños no entienden el sentido de las consecuencias de sus conductas inadecuadas, por lo tanto, hay que explicarles el por qué no es adecuado lo que hacen. Al respecto recomendó “generar pequeñas reglas y ser consistentes con estas para que se regulen, además, en este proceso, avisarles a los niños cuáles pueden ser las consecuencias de ese comportamiento que pueden llevar a una sanción”, sostuvo.

El adolescente Kevin Santiago preguntó a los especialistas sobre las herramientas específicas para la crianza asertiva. En este sentido, Pablo Muñoz planteó que hay cuatro factores que se deben tener en cuenta: primero, la relación de confianza en las que hijos e hijas sepan qué esperar de sus padres e instó a evitar la inconsistencia en el establecimiento de normas señalando que no es recomendable plantear reglas a medias.

En segundo lugar, la reparación. El golpe, grito o insulto puede generar un efecto inmediato, pero a mediano y largo plazo el niño no va entenderlo. Se debe pensar en actividades que reparen el hecho; por ejemplo, si un adolescente agrede a otro, se debe motivar a que llame a quien agredió y se disculpe.

Tercero, la salud mental del cuidador. Si los padres, madres o cuidadores están estresados, agobiados o afectados en sus emociones y sentimientos, pueden descargarse con sus hijos. Si están en esta situación, es importante que lo puedan manejar y superar; al respecto pueden buscar ayuda profesional, hacer ejercicio, meditar, entre otras alternativas que hay disponibles.

Finalmente, el cuarto y último factor destacado por el experto es el hecho de no actuar en caliente. “Es importante calmarse antes de hablar y actuar. Es clave pensar en la reparación que se le puede plantear al hijo o hija y hacerle caer en cuenta sobre las consecuencias de sus actos. Ante todo, debemos evitar el castigo físico o cualquier tipo de maltrato”, aseguró.

En este sentido, Lina Arbeláez destacó el trabajo que viene haciendo el ICBF para la prevención de las violencias. “Las cicatrices y marcas que dejan los golpes y los gritos en la niñez y la adolescencia son gigantescos y lo único que reproducen son esquemas de violencia. Por eso, hemos venido insistiendo es que la crianza no debe estar asociada con gritos, ni golpes, ni castigos físicos. Hay mucha evidencia científica que establece que el castigo físico no es la manera adecuada de generar pautas. Importante es que todos los papás entendamos que el castigo físico no es una herramienta y el efecto que causa es el de romper los lazos de afectividad y unión con los hijos”.

Por su parte, el integrante del Consejo Consultivo del ICBF y adolescente Kevin retomó la pregunta enviada desde Santander sobre qué hacer cuando a un niño le da ansiedad porque no se le permite jugar con su celular.

La psiquiatra Olga Alicia Carbonell recalcó una vez más la importancia de tener rutinas. Para ello, en la medida en que los hijos son más grandes se pueden negociar las rutinas y hay que propiciar espacios de conversación. “Todo está basado en la relación, en especial, las relaciones de confianza. Y esto es fundamental para negociar con ellos, reconociendo sus razones”, explicó.

Desde su óptica, con los adolescentes son fundamentales la negociación y la flexibilidad, pero con normas consistentes; teniendo claro que sí no se cumplen hay consecuencias y que la sanción se debe explicar. “Es importante revisar la edad de los niños, deben tener rutinas hasta para usar la tecnología. Los acuerdos respecto a la regulación de la tecnología deben incluir la participación del niño. Crear rutinas para estudiar, para jugar lejos de la tecnología y crear reglas sobre los momentos donde no se puede usar el celular, cuando se come, por ejemplo”.

Además, Lina Arbeláez señaló que en este momento, el acceso a redes sociales es fundamental porque les permite continuar en contacto con sus pares. La pregunta es  ¿cómo limitar el uso de las herramientas tecnológicas cuando, además, están viendo a sus padres conectados todo el tiempo debido al teletrabajo?

Ante esta inquietud Pablo Muñoz aseveró que en la adolescencia los pares se vuelven el pilar más importante, el punto de referencia con el que se identifican y permanecer en contacto es fundamental. “Si notamos que se está aislando, que está utilizando más las redes sociales, en vez de quitarle el celular lo que se debe hacer es tratar de conversar para identificar qué le ocurre, puede estar siendo víctima de bullying, por ejemplo. Por eso es tan importante iniciar esa conexión emocional desde el vientre. Para que confíen en sus padres y los busquen cuando tengan problemas.

La Directora del ICBF aprovechó el tema abordado para reiterar que hay una correlación directa entre la educación inicial, el apego y la relación afectiva entre los padres y los niños de primera infancia, con el desarrollo del país. “La forma como los educamos se verá representada y tendrá una repercusión directa en el país que tendremos en el futuro, por eso, es clave hacer de este momento una oportunidad. Podemos desconectarnos para conectarnos con nuestra familia y con nuestros hijos”.

Finalmente, el psicólogo Pablo Muñoz destacó que, junto al ICBF y con un grupo de expertos, se ha venido haciendo un trabajo basado en el apego seguro en niños de primera infancia y cómo esto los protege de vulneraciones. Olga Alicia Carbonell, a su vez, señaló que es importante transformar las prácticas cotidianas basadas en el afecto, apego y cuidado sensible para lograr una transformación cultural. “No hay justificación para que se llegue al castigo físico. La violencia no es el camino”, puntualizó.
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