Más de 60.000 niñas, niños, adolescentes y familias fueron atendidos en Norte de Santander durante 2024
Cúcuta
60.276 niñas, niños, adolescentes, jóvenes y sus familias recibieron atención integral en los 40 municipios de Norte de Santander, gracias a una inversión de $241.450 millones durante 2024. Este esfuerzo estuvo enfocado en garantizar derechos, mejorar las condiciones de vida y fortalecer entornos protectores y afectivos para la niñez y la adolescencia.
Así lo dio a conocer Lorena Quintero Pacheco, directora regional del Bienestar Familiar, durante la audiencia de rendición pública de cuentas en la cual se destacaron los principales avances y logros de la vigencia.
Uno de los ejes fundamentales fue la atención a la primera infancia que benefició a 49.474 niñas y niños a través de servicios diseñados para potenciar su desarrollo, nutrición y bienestar. Este proceso también generó 5.467 empleos directos que incluyeron agentes educativos, psicólogos, nutricionistas y auxiliares de enfermería comprometidos con el cuidado y la formación de la niñez.
Para garantizar la calidad del servicio, se llevaron a cabo 1.440 visitas de supervisión, además de 180 asistencias técnicas que fortalecieron las capacidades del talento humano involucrado en la atención. Estas acciones permitieron dotar a los equipos con herramientas adecuadas para el acompañamiento integral a las familias.
Con la estrategia Proyecto Sueños, 155 jóvenes encontraron oportunidades de crecimiento personal y académico. Entre las historias destacadas se encuentra la de un joven en proceso de adoptabilidad quien culminó sus prácticas profesionales en psicología en Perú, así como la de una joven que actualmente cursa una maestría en esta misma disciplina. En cuanto a la protección, las diferentes estrategias como EMPI, Cuidado Mutuo y BINAS, han permitido generar entornos seguros, prevenir riesgos y fomentar oportunidades de trabajo y espacios de esparcimiento sanos para niñas, niños y adolescentes.
De forma complementaria, en cuanto a la atención de la infancia y adolescencia, se realizó el acompañamiento de 151 emprendimientos productivos, 55 iniciativas educativas y una laboral. Además, se beneficiaron a 6.011 participantes en 34 municipios priorizados.
Con el equipo de profesionales de Familias y Comunidades se logró el acompañamiento participativo a 300 familias del pueblo barí, con acciones orientadas a fortalecer la sustentabilidad alimentaria, la convivencia pacífica y la armonía en el entorno familiar. A esto se suma la atención brindada a 1.000 familias a través de la modalidad Somos Familia, Somos Comunidad, con el objetivo de reforzar vínculos afectivos y promover una cultura de paz.
La gestión en el área de nutrición también fue significativa. Se formalizaron convenios con las ESE del departamento para la atención de 1.200 participantes en la modalidad 1000 Días para Cambiar el Mundo, presente en 18 municipios, creando redes articuladas de apoyo en salud.
Finalmente, se logró la recuperación nutricional de 84 niñas y niños con diagnóstico de desnutrición aguda, y se entregaron 3.600 raciones familiares para preparar (RFPP) y 5.600 sobres de alimentos listos para el consumo a todos los beneficiarios activos de la modalidad, como parte de las estrategias para garantizar la seguridad alimentaria de los participantes activos.
Con estas acciones, el Bienestar Familiar reafirma su compromiso con el bienestar de las niñas, niños, adolescentes y sus familias en Norte de Santander, avanzando hacia una sociedad más justa, protectora y con mayores oportunidades para todos.
Uno de los ejes fundamentales fue la atención a la primera infancia que benefició a 49.474 niñas y niños a través de servicios diseñados para potenciar su desarrollo, nutrición y bienestar. Este proceso también generó 5.467 empleos directos que incluyeron agentes educativos, psicólogos, nutricionistas y auxiliares de enfermería comprometidos con el cuidado y la formación de la niñez.
Para garantizar la calidad del servicio, se llevaron a cabo 1.440 visitas de supervisión, además de 180 asistencias técnicas que fortalecieron las capacidades del talento humano involucrado en la atención. Estas acciones permitieron dotar a los equipos con herramientas adecuadas para el acompañamiento integral a las familias.
Con la estrategia Proyecto Sueños, 155 jóvenes encontraron oportunidades de crecimiento personal y académico. Entre las historias destacadas se encuentra la de un joven en proceso de adoptabilidad quien culminó sus prácticas profesionales en psicología en Perú, así como la de una joven que actualmente cursa una maestría en esta misma disciplina. En cuanto a la protección, las diferentes estrategias como EMPI, Cuidado Mutuo y BINAS, han permitido generar entornos seguros, prevenir riesgos y fomentar oportunidades de trabajo y espacios de esparcimiento sanos para niñas, niños y adolescentes.
De forma complementaria, en cuanto a la atención de la infancia y adolescencia, se realizó el acompañamiento de 151 emprendimientos productivos, 55 iniciativas educativas y una laboral. Además, se beneficiaron a 6.011 participantes en 34 municipios priorizados.
Con el equipo de profesionales de Familias y Comunidades se logró el acompañamiento participativo a 300 familias del pueblo barí, con acciones orientadas a fortalecer la sustentabilidad alimentaria, la convivencia pacífica y la armonía en el entorno familiar. A esto se suma la atención brindada a 1.000 familias a través de la modalidad Somos Familia, Somos Comunidad, con el objetivo de reforzar vínculos afectivos y promover una cultura de paz.
La gestión en el área de nutrición también fue significativa. Se formalizaron convenios con las ESE del departamento para la atención de 1.200 participantes en la modalidad 1000 Días para Cambiar el Mundo, presente en 18 municipios, creando redes articuladas de apoyo en salud.
Finalmente, se logró la recuperación nutricional de 84 niñas y niños con diagnóstico de desnutrición aguda, y se entregaron 3.600 raciones familiares para preparar (RFPP) y 5.600 sobres de alimentos listos para el consumo a todos los beneficiarios activos de la modalidad, como parte de las estrategias para garantizar la seguridad alimentaria de los participantes activos.
Con estas acciones, el Bienestar Familiar reafirma su compromiso con el bienestar de las niñas, niños, adolescentes y sus familias en Norte de Santander, avanzando hacia una sociedad más justa, protectora y con mayores oportunidades para todos.
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