
La estrategia de fortalecimiento de la educación inicial en el marco de la atención integral está orientada a promover el desarrollo de capacidades que permitan que el talento humano de los servicios de educación inicial en las modalidades institucional y familiar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) generen acciones oportunas, pertinentes y de calidad en cada uno de los seis componentes de atención para garantizar una gestión pedagógica, administrativa y de operación que se enfoque en promover el desarrollo integral de la primera infancia.
Esta estrategia se lleva a cabo en los territorios donde se encuentran las unidades de servicio seleccionadas por las características que han sido identificadas previamente por el equipo de apoyo a la supervisión y por los equipos de asistencia técnica de las regionales. Una vez identificados los tipos de unidades, se realiza un acompañamiento en campo con profesionales expertos según los temas a fortalecer, el cual tiene como fin trazar un plan de mejora que motive a los integrantes de cada hogar, CDI o jardín, según sea el lugar de atención.
Componentes de la Educación Inicial
Están basados en los referentes técnicos, políticos y de gestión de la Ley 1804 de 2016 (Primera Infancia), en los cuales se entiende la Educación Inicial como uno de los estructurantes de este ciclo de vida. En este sentido, se explican a continuación:
Se promueve la corresponsabilidad como un ejercicio en la que la familia, la sociedad y el estado son los garantes de la protección y cuidado de los niños y niñas desde la primera infancia. En ese sentido, se potencian las prácticas familiares y comunitarias para fortalecer el desarrollo integral y detectar a tiempo las inobservancias, amenazas y vulneraciones desde un enfoque de protección integral. Este proceso se evidencia a través de los acompañamientos de cuidado y crianza.
A nivel comunitario, todos los municipios deben reconocer aquellos lugares donde transcurre la vida de las niñas y niños, tales como: hospitales, ludotecas, bibliotecas, parques, casa de la cultura, entre otros espacios, donde se debe acoger de manera responsable y consciente la protección de las niñas y niños como un ejercicio que construye redes por su desarrollo integral.
Las interacciones de las niñas y los niños con sus pares, adultos y objetos permiten que los espacios donde transcurre su cotidianidad se configure en ambientes. A su vez, se convierten en ambientes enriquecidos cuando promueven posibilidades de juego, exploración del medio, literatura y expresiones artísticas. También permiten ser transformados por los niños y las niñas, teniendo acceso a diferentes materiales y al desarrollo de actividades de manera autónoma y contemplan la distribución del mobiliario, materiales y demás recursos de acuerdo con una clara intención pedagógica1.
Por lo anterior, es de entender que un ambiente enriquecido no es exclusivo de las aulas o salones, sino que incluye todas las áreas, inclusive el espacio exterior que ofrece a las niñas y los niños otras posibilidades de experiencias y relaciones, por ejemplo, con los elementos naturales -árboles, plantas, agua- en el contexto cambiante del tiempo atmosférico2.
1- (Guía No. 51 Orientaciones para el cumplimiento de las condiciones de calidad en la modalidad institucional de educación inicial, 2014, p. 64.)2 (Fortunati, Aldo. La aproximación de San Miniato a la educación de los niños. 2014.)
Este componente contempla actividades de planeación, organización, ejecución, seguimiento, evaluación y control, dirigidas a alcanzar los objetivos institucionales, es decir, a la capacidad de gestión que tienen los prestadores del servicio para definir y alcanzar sus propósitos en el marco de una atención integral y con el uso adecuado de los recursos disponibles.
Cada uno de los anteriores componentes tienen definidos los criterios y estándares para la prestación de servicios de atención integral a la primera infancia con calidad, definidos en el marco de la Estrategia De Cero a Siempre.