Del abrazo al impulso: la historia de Amparo, una joven que floreció con el apoyo del Bienestar Familiar
Bucaramanga
Gracias al acompañamiento del Bienestar Familiar, Amparo Peña pasó de ser una madre adolescente sin red de apoyo a convertirse en abogada y contratista en el área de Protección del mismo Instituto que la respaldó en uno de los momentos más difíciles de su vida.
A los 16 años, Amparo Peña Medina llegó al programa de protección del Bienestar Familiar en el municipio de Socorro, Santander. Había dado a luz a gemelos prematuros y vivía en un albergue, sin familia cercana, sin pareja, y enfrentando múltiples retos como madre adolescente. Fue allí donde la entidad identificó su situación y activó un proceso de atención integral que cambió el rumbo de su vida.
Durante ocho años, Amparo recibió apoyo del Instituto a través de Proyecto Sueños, Mi Familia y Sacúdete. Con este acompañamiento logró culminar el bachillerato, iniciar estudios universitarios en Derecho y construir una red de apoyo sólida gracias a su experiencia con madres sustitutas. En 2024, un día después de egresar del programa de protección, fue vinculada en el área de Protección del Centro Zonal San Gil.
«Ahora entiendo a las familias porque yo estuve ahí. Sé lo que es vivir el proceso, y por eso quiero seguir trabajando para transformar otras vidas», afirma Amparo con convicción. Su testimonio representa el verdadero impacto del trabajo articulado entre equipos psicosociales, operadores, programas y comunidad, y refleja cómo el Bienestar Familiar transforma realidades y siembra oportunidades.
Hoy, esta joven abogada continúa su formación con una especialización en Derecho Administrativo y se proyecta como una funcionaria comprometida con la niñez y la adolescencia. Su historia es muestra del poder que tienen las acciones del Instituto cuando se articulan con la perseverancia, la resiliencia y el amor.
Desde el Bienestar Familiar Regional Santander celebramos y compartimos historias como la de Amparo que nos inspiran a seguir construyendo caminos de protección, bienestar y desarrollo para niñas, niños, adolescentes y jóvenes en todo el país.
(Fin zbg/om)
Durante ocho años, Amparo recibió apoyo del Instituto a través de Proyecto Sueños, Mi Familia y Sacúdete. Con este acompañamiento logró culminar el bachillerato, iniciar estudios universitarios en Derecho y construir una red de apoyo sólida gracias a su experiencia con madres sustitutas. En 2024, un día después de egresar del programa de protección, fue vinculada en el área de Protección del Centro Zonal San Gil.
«Ahora entiendo a las familias porque yo estuve ahí. Sé lo que es vivir el proceso, y por eso quiero seguir trabajando para transformar otras vidas», afirma Amparo con convicción. Su testimonio representa el verdadero impacto del trabajo articulado entre equipos psicosociales, operadores, programas y comunidad, y refleja cómo el Bienestar Familiar transforma realidades y siembra oportunidades.
Hoy, esta joven abogada continúa su formación con una especialización en Derecho Administrativo y se proyecta como una funcionaria comprometida con la niñez y la adolescencia. Su historia es muestra del poder que tienen las acciones del Instituto cuando se articulan con la perseverancia, la resiliencia y el amor.
Desde el Bienestar Familiar Regional Santander celebramos y compartimos historias como la de Amparo que nos inspiran a seguir construyendo caminos de protección, bienestar y desarrollo para niñas, niños, adolescentes y jóvenes en todo el país.
(Fin zbg/om)
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