Crónica: la historia del adolescente que dejó el trabajo infantil para volver a soñar
En Riohacha, bajo el sol que abrasa la tarde, la historia de Nilson Betancourt comenzó a cambiar. Lo que inició como un caso más de trabajo infantil terminó revelando una realidad mucho más profunda: la de un adolescente que, entre rebeldías, sueños de fútbol y una limitación visual que avanzaba en silencio, encontró en Bienestar Familiar y en su propia familia una ruta de acompañamiento, articulación y esperanza que hoy se reconoce como uno de los logros más significativos en la protección de la niñez en La Guajira.
Nilson había sido identificado en situación de trabajo infantil, apoyando a su madre en labores que excedían lo permitido para su edad. Sin embargo, el proceso pronto reveló una situación aún más compleja: una condición limitante visual que afecta su rendimiento escolar, su vida cotidiana y su pasión por el fútbol. Su madre relató que, pese a llevar un proceso médico, le habían negado una cirugía necesaria debido a su nacionalidad venezolana.
Ante este panorama, el Equipo Móvil de Protección Integral de Bienestar Familiar, no solo avanzó en el restablecimiento de derechos asociado al trabajo infantil, sino que emprendió una gestión paralela para garantizar la atención en salud que Nilson requería. Con compromiso y celeridad, el equipo articuló acciones con Migración, la Alcaldía Distrital de Riohacha, a través de la gestora social, Claudia Ortiz y con la Defensoría de Familia de la regional.
Esta gestión culminó en la interposición de una acción de tutela, cuyo fallo ordena que Nilson sea intervenido mediante un trasplante de córnea, un procedimiento indispensable para mejorar su condición visual y su calidad de vida.
El caso también evidenció retos emocionales y escolares. Durante el acompañamiento, Nilson presentó rebeldía, baja autoestima y episodios de acoso en su institución educativa. El Equipo Móvil respondió con intervenciones psicosociales, acompañamiento permanente a la familia y articulación con el colegio, logrando cambios significativos en el bienestar del adolescente.
Hoy, Nilson es un adolescente transformado. Dejó atrás el trabajo infantil y dedica sus días a estudiar y practicar su deporte favorito: el fútbol. Hace parte de un equipo local y sueña con convertirse en futbolista profesional para «sacar a su familia adelante», según afirmó con entusiasmo.
La madre del adolescente expresó su gratitud y reconocimiento al proceso: aseguró que antes no era consciente del daño que podía generar al involucrarlo en actividades laborales, y que ahora entiende la importancia de que su hijo dedique su tiempo a los estudios y a construir su proyecto de vida. «Bienestar llegó en el momento en que más lo necesitábamos. Hoy mi familia es otra. Somos diferentes, estamos mejor», afirmó.
Bienestar Familiar realizó una ceremonia de reconocimiento a la familia, exaltando a los padres como corresponsables y garantes de derechos, donde la directora regional encargada de Bienestar Familiar en La Guajira, May Belliny Badillo Brito celebró el logro alcanzado y envió un mensaje de acompañamiento: «Este resultado marca un antes y un después para Nilson y su familia. Seguiremos acompañándolos en esta ruta. Les invitamos a no desistir».
(fin/scs/oam)






















