Marzo 9, 2020
Trastornos de la Conducta Alimentaria ¿qué son y por qué los adolescentes son tan vulnerables a padecerlos?
La anorexia, la bulimia y los atracones son algunos de los trastornos que se pueden desarrollar en la adolescencia. Te contamos cómo prevenirlos en tu hogar.
¿Has notado que, de un momento a otro, tu hijo o hija empezó a dejar de comer o come y luego se encierra en el baño? ¿Te has fijado que se preocupa demasiado por su peso corporal? ¿O que ha empezado a hacer ejercicio de manera compulsiva? ¿Le has escuchado expresiones como “parezco una vaca” o “estoy demasiado gordo o gorda”? ¿Tienes sospechas de que está mintiendo sobre lo que come, se induce el vómito o busca excusas para dejar de comer? ¡Cuidado! Es posible que esté desarrollando un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). Este tipo de trastornos están catalogados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre las enfermedades mentales de prioridad dado el riesgo para la salud que implican principalmente a las niñas, niños y adolescentes. De ahí la importancia que como madre, padre o cuidador conozcas qué son, cuáles son los factores que inciden en su desarrollo y cómo hacer prevención desde el hogar. Tipos de TCA Los Trastornos de Conducta Alimentaria se materializan en diversos comportamientos con relación al consumo de alimentos. Diana Hurtado Cortés, nutricionista dietista e integrante del equipo de Planificación Alimentaria y Nutricional de la Dirección de Nutrición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), señala aquellos que se presentan con mayor frecuencia y que debes conocer para estar alerta y poder intervenir a tiempo. Anorexia Se caracteriza por un peso corporal anormalmente bajo, la percepción distorsionada del peso (sentirse gordo, aunque esté demasiado delgado), el intenso temor a aumentar de peso y la restricción, debido a ello, de la cantidad de alimentos que consume. En este sentido, el individuo deja de comer para no subir de peso. Bulimia La bulimia, por su parte, se caracteriza por la ingesta excesiva de comida en cortos periodos de tiempo, lo que también se denomina “atracones”. En este caso, se realizan prácticas inadecuadas para compensar el consumo y evitar la ganancia de peso que incluyen la inducción del vómito, el uso de laxantes, diuréticos (tés, aguas ‘milagrosas’, aguas de apio, limón), enemas o el consumo de suplementos para disminuir el aporte de calorías, ayuno o ejercicio excesivo. Trastorno Alimentario Compulsivo (TAC) Suele asociarse a episodios recurrentes de atracones ya sea por la ingesta excesiva de comida en un período corto de tiempo, por ejemplo, a lo largo de 2 horas, de una cantidad de alimentos superior a lo que la mayoría de las personas comerían en un período similar en idénticas circunstancias o por una sensación de ausencia de control sobre la comida (no puede parar de comer o no puede controlar la cantidad de alimentos que está consumiendo). En estos casos, el consumo de alimentos suele ser más rápido de lo normal, se realiza aún sin tener sensación de hambre, hay aislamiento y comidas en solitario por sentimiento de vergüenza ante la cantidad ingerida o el desarrollo de sentimientos de molestia, depresión o culpabilidad consigo mismo tras haber comido. Ortorexia Es la fijación que se desarrolla hacia una dieta “perfecta” adhiriéndose a reglas alimentarias demasiado estrictas. Desarrolla una obsesión por el conteo de calorías y por el origen y la composición de los alimentos. En este caso, el problema para el adolescente no es la cantidad sino la calidad de los alimentos que consume, lo que le lleva a centrar su vida en esta preocupación, incidiendo en el desarrollo normal de sus actividades cotidianas y generándole situaciones como el aislamiento social, sentimientos de culpabilidad por haber ingerido alimentos “no sanos” o incluso la preferencia del ayuno frente al consumo de dichos alimentos. ¿Por qué los adolescentes son tan vulnerables a desarrollar Trastornos de Conducta Alimentaria? De acuerdo con Natalia Cardenas Quiñonez, nutricionista dietista de la Clínica Medical y magíster en bioquímica de la Universidad Nacional, este tipo de trastornos tienen una alta incidencia en la adolescencia, “por ser esta una etapa de la vida en la que se construyen la autoestima y la identidad, se presentan cambios a nivel emocional y hay una mayor susceptibilidad a seguir ejemplos, modelos y comportamientos del entorno, los cuales, muchas veces están relacionados con los estereotipos culturales y la publicidad alrededor de la imagen corporal, la belleza y la delgadez”, asevera la especialista- En ello coincide Camilo Espinoza, psicólogo de la Clínica El Bosque, al señalar que, en la adolescencia, los menores de edad definen muchos aspectos de su identidad, lo que por supuesto incluye su aspecto físico. “En esta etapa comienzan a intentar nuevas cosas para vestirse, para cambiar su aspecto y dentro de eso está la satisfacción con su peso, el qué tan delgados o gordos se ven y si eso es aceptable o no para ellos”, explica Espinoza. Infórmate más: Señales de alerta que indican que un adolescente puede estar presentando un trastorno de conducta alimentaria Para el psicólogo existen tres tipos de factores que tienen alta incidencia en el desarrollo de los Trastornos de la Conducta Alimentaria en la adolescencia: los factores biológicos (relacionados con la carga genética de familiares que han padecido trastornos mentales), los factores psicológicos (baja autoestima, inseguridad, ansiedad, depresión, conflictos personales o familiares, etc.) y por último, los factores ambientales (la influencia de la publicidad asociada a estereotipos de belleza donde se valora altamente la delgadez; la burla o los comentarios negativos alrededor de la apariencia física del adolescente, ya sea en el entorno escolar o familiar; la influencia de figuras de autoridad que se preocupan demasiado por la estética corporal, por ejemplo, madres que siguen rigurosas dietas o viven pendientes de su peso; el acceso a sitios de internet que promueven conductas como la anorexia y la bulimia; y la participación en actividades que exigen o prefieren un bajo peso corporal como el modelaje, entre otras). Hábitos saludables, la clave de la prevención Para prevenir en tu hogar el desarrollo de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) recuerda aplicar las siguientes recomendaciones: -Fortalece la autoestima de las niñas, niños y adolescentes. Recuérdales todo el tiempo que son bellos y que los amas tal y como son. -Fomenta hábitos alimentarios saludables desde la primera infancia. Enséñales a comer de manera balanceada, sana, variada y proporcional con sus necesidades nutricionales. -Por ningún motivo utilices frases como “estás gordito o gordita”, “así no comen las niñas”, “¡qué manera de comer!” o “estás muy flaco o flaca”. Estas expresiones lesionan la autoestima y la seguridad de las niñas y los niños. Si crees que tu hija o hijo está por encima o por debajo del peso normal, consulta con el médico y sigue sus indicaciones. -Dialoga con las niñas, niños y adolescentes sobre los contenidos publicitarios que reproducen estereotipos sociales de belleza. Anímalos a establecer su propio criterio y a no dejarse influenciar por tales mensajes. -Sé un buen ejemplo. Revisa tus propios comportamientos con respecto a la imagen corporal y a la comida: ¿Eres un modelo a seguir en términos de hábitos de vida saludable? ¿Te preocupas demasiado por el peso? ¿Estás haciendo dietas rigurosas? ¿Te estás saltando comidas? ¿Estás incentivando miedos o temores con respecto a algunos alimentos? -Haz que las comidas sean un momento de compartir en familia en horarios establecidos, donde se incentive el diálogo y el disfrute de los alimentos. -Promueve la actividad física y el deporte como fuente de disfrute y placer y no como un objetivo estético. |