Marzo 9, 2020
Tres razones para nunca utilizar el castigo físico, de acuerdo con la ciencia
Los estudios científicos demuestran que el castigo físico no mejora el comportamiento. Conoce tres razones para que apliques otras formas de crianza.
Las palmadas, los golpes con objetos, como cinturones o chancletas, y otras formas de castigo físico son muy comunes en Colombia. Curiosamente, las investigaciones muestran que el castigo físico se presenta con mayor frecuencia en países afectados por conflictos armados y niveles elevados de violencia como el nuestro, mientras que es una práctica menos usual y casi inexistente en países considerados pacíficos, como Suecia, Noruega o Finlandia. Si bien el castigo físico es muy común en el país, más de 50 años de estudios científicos desde la neurociencia, la psicología del desarrollo, la economía, la sociología y otras disciplinas, sugieren tres razones por las cuales el castigo físico, incluso las palmadas, nunca debería utilizarse como método de disciplina. El castigo físico afecta negativamente el desarrollo Los estudios científicos muestran de manera concluyente que el castigo físico se asocia con consecuencias negativas de corto y largo plazo en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes. En particular, la ciencia ha encontrado que el castigo físico se asocia con los siguientes riesgos:
El castigo físico produce efectos contrarios a los que se buscan El castigo físico produce efectos totalmente contrarios al que madres, padres y cuidadores buscan a través de su uso, ya que incrementa comportamientos indeseables y problemas de desarrollo. Dadas las afectaciones cerebrales, cognitivas y de comportamiento producidas por el castigo físico, esta práctica empeora el mal comportamiento de niñas, niños y adolescentes, al reducir su autorregulación y aumentar su agresividad. Adicionalmente, la ciencia sugiere que el castigo físico no le permite a las niñas y niños entender e interiorizar las razones por las cuales su comportamiento es inadecuado, por lo cual no es efectivo como método de disciplina. Los métodos no violentos son más efectivos Otros métodos de disciplina no violentos son mucho más efectivos para garantizar el pleno desarrollo y el buen comportamiento de las niñas, los niños y los adolescentes. Lo primero que resulta clave es que el hecho de no utilizar castigo físico no significa de ninguna forma dejar que las niñas y los niños hagan lo que quieran. Por el contrario, no utilizar castigo físico implica dejar de utilizar la violencia y empezar a utilizar la disciplina. Para ello, es esencial que madres, padres y cuidadores comprendan que la disciplina efectiva se fundamenta en establecer reglas claras en el hogar, con límites y consecuencias, y en el diálogo. Además, la disciplina debe ser consistente y debe fundamentarse en la empatía para entender las razones del comportamiento de las niñas y los niños. Por último, es fundamental recordar que el ejemplo que les damos a nuestras niñas, niños y adolescentes se transforma en una de las mayores influencias para su comportamiento. Así, si el ejemplo que damos en el hogar es el uso de la violencia, por ejemplo, propinando una palmada o un pellizco cuando algo no nos gusta, nuestros hijos aprenderán y replicarán dicha violencia en el hogar, en el colegio y en otros entornos. Hoy por hoy ninguno de nosotros celebraría que una niña o niño no tenga su esquema de vacunas completo o que fume cigarrillo. Esto se debe a que los hallazgos de la ciencia nos han mostrado que las vacunas garantizan la salud y el desarrollo de los niños, mientras que el consumo de nicotina incrementa el riesgo de que se enfermen. Hoy en día ya contamos con evidencia científica suficiente sobre los riesgos y peligros asociados al castigo físico y sobre la utilidad y efectividad de otros métodos de disciplina no violentos. Tal como ninguno de nosotros dejaría sin vacunas a nuestros hijos o les permitiríamos fumar, comprometámonos a protegerlos del castigo físico y de todas las formas de violencia en el hogar. Dando este paso no solo tendremos hijas e hijos con un mejor comportamiento, sino que también estaremos contribuyendo a construir hogares, comunidades y un país en paz. |
Por: Jorge Cuartas Ph.D. Student Harvard Graduate School of Education. Codirector Fundación Apapacho. |