Para este momento del embarazo, el bebé empieza a diferenciar si los alimentos que consume su mamá son fríos o calientes. Sus movimientos son cada vez más notorios y frecuentes, especialmente después de las comidas o mientras la mamá toma una ducha. Gracias a estos movimientos, la madre empieza a establecer una relación más fuerte con el bebé y a conocer algunos rasgos de su personalidad. El bebé ya puede sentir vibraciones provenientes de la música o de las voces de sus seres queridos. Algunos padres aprovechan este momento para realizar algún tipo de estimulación temprana, la cual debe ser consultada previamente con el médico. Debido al aumento de peso y de tamaño del útero, la mamá empieza a cansarse más y puede sentir dolor de espalda y de piernas. Es importante que descanse lo suficiente, se acueste de medio lado con las piernas recogidas, no use tacones altos y no permanezca mucho tiempo de pie. En este momento, el bebé mide 30 centímetros de largo y pesa alrededor de 680 gramos.